La integridad es la apertura que el espíritu humano adquiere de permitir que la herencia de pecado sea expuesta a la luz ; nadie que no esté dispuesto a exponerse ante Dios puede ser integro.
¿Cuál es el significado de la palabra integridad?
Integridad se traduce como honradez, honestidad, respeto por los demás, corrección, responsabilidad, control emocional, respeto por sí mismo, puntualidad, lealtad, pulcritud, disciplina, congruencia y firmeza en las acciones. En general, una persona íntegra es alguien en quien se puede confiar.
¿Quién fue íntegro en la Biblia?
SAMUEL, UN GOBERNANTE ÍNTEGRO – PERSONAJES BÍBLICOS 11.
¿Qué es vivir una vida de integridad?
Una vida de integridad – ¿Dice usted lo que piensa y piensa lo que dice? ¿Se alinean sus palabras y acciones con lo que dice y cree? En la sociedad actual, es difícil vivir una vida de integridad. Profundizar en este plan le ayudará a tener una mirada más cercana a cómo construir una vida basada en la integridad.
- Es una elecciónLa integridad no se define proclamando ser honesto; está definida por las elecciones que hacemos.
- Cuando se trata de integridad, nuestras palabras tienen que coincidir con nuestras acciones.
- No podemos simplemente decir que tenemos integridad.
- Tenemos que elegirla.
- Para mí, mi tema de integridad más difícil es con el dinero.
Temo lo que pueda deparar el futuro, y este temor ha causado, a lo largo de mi vida, que comprometa mi integridad. En la universidad, me dijeron que no podía devolver un par de zapatos nuevos porque no tenía la caja original. Entonces. saqué una caja del estante y procedí a devolver los zapatos con una caja diferente, aunque sabía que esto significaría obtener más dinero de lo que había pagado.
- ¿Podía justificarlo? Por supuesto.
- ¿Lo hice? Sí.
- Me duele admitirlo, pero al final elegí el engaño y el robo.La integridad es una elección difícil porque nos pide negarnos a nuestros deseos egoístas.
- Perdemos la oportunidad de obtener lo que queremos, cuando lo queremos y como lo queremos.
- Negar sus deseos no es fácil, cómodo ni divertido.
En buena medida, esto es lo que hace que elegir la integridad sea tan difícil.Hay tres cosas que me ayudan cuando tengo que tomar una decisión de integridad. Primero, la verdad de Dios dura por siempre. Segundo, elijo pensar en las consecuencias. La consecuencia de devolver esos zapatos era mucho más grande que haber perdido 25 dólares.
Tercero, elijo sumergirme en la Palabra de Dios. Al plantar profundamente nuestro corazón en su verdad, seremos capaces de vivir en la integridad de lo que ella dice. Ser íntegro significa elegir lo que Dios dice que es correcto, incluso cuando nadie nos ve y cuando la decisión no es fácil. Dios no nos fuerza a vivir con integridad, pero, cuando la entendemos, no tenemos que ser forzados.
La elegimos porque significa vivir un estilo de vida que da vida. ¡Usted no se arrepentirá de haber elegido ser íntegro! : Una vida de integridad – ¿Dice usted lo que piensa y piensa lo que dice? ¿Se alinean sus palabras y acciones con lo que dice y cree? En la sociedad actual, es difícil vivir una vida de integridad.
¿Qué significa ser una persona integral?
Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto; hace todo aquello que considera bueno para la misma sin afectar los intereses de otros individuos.
¿Cuál es el principio de la integridad?
Por Leonardo Amaya, Gloria María Berrío-Acosta, y Wilson Herrera El principio de integridad ha estado vinculado en algunos de los códigos éticos más significativos y sus valores se encuentran integrados en otros principios cuándo este no es nombrado explícitamente.
- La integridad como principio ético está vinculado con la valoración de la honestidad, el respeto y la transparencia en las interacciones profesionales.
- Los psicólogos se esfuerzan por hacer lo correcto en el cumplimiento de sus deberes profesionales.
- Son responsables y veraces y respetan las relaciones de confianza que establecen en su ejercicio profesional.
Conceptualmente, la integridad se relaciona con la consistencia entre los valores que se predican y los métodos, expectativas y resultados realmente alcanzados con las intervenciones profesionales. Como valor humano, la integridad es una elección personal y un compromiso de consistencia con honrar la ética, los valores y los principios.
- En ética, la integridad considera la veracidad y transparencia de las acciones personales, por tanto, se opone a la falsedad o el engaño.
- Cuando éste es requerido en la intervención o indagación, se deben cumplir las condiciones previstas por la tradición en ética aplicada.
- Antes de llevar a cabo cualquier intervención, los psicólogos aclaran su rol y funciones, las características de su tarea, y los límites y características de sus técnicas, de su competencia y de su actuación profesional.
De esta manera se garantiza que las partes esten operando bajo los conocimientos adecuados y sean participes de la actividad sin estar engañados Una vez se parte de esta aclaración, para actuar con integridad en la actividad profesional se evita, en la medida de lo posible, las relaciones duales, múltiples o confusas.
Además de corresponderse con el principio de justicia, evita que las acciones puedan tener una motivación ajena a la conducta profesional. En general, se busca conservar la fidelidad hacia la naturaleza y las intenciones de las relaciones profesionales. Sin embargo, estos cuidados no llevan a que la la relación establecida parta de una posición equivalente para los miembros.
Un hecho fundamental es que el conocimiento de la disciplina de la psicología, la situación profesional y la información que se recolecta coloca al psicólogo en una posición de poder y confianza. Así, será menester de él ejercer su poder de manera adecuada y honrar dicha confianza.
- El tener una vida profesional integra implica valorar el continuo desarrollo y mantenimiento de un alto nivel de competencia en el trabajo.
- Para esto es de suma importancia la reforzar y preservar la capacidad para funcionar de manera óptima dentro de los límites reconocidos de su conocimiento, habilidad, formación, educación y experiencia individual.
En general, todo profesional en psicología actúa con probidad y honestidad y rehúsa prestar sus servicios para actos contrarios a la moral y al buen nombre de la profesión
Artículos 2 (principios: 1, 2, 3, 5, 7 y 8), 10, 11, 18, 19, 21, 33, 37 y 42 de la Ley 1090 de 2006. Principio rector E) del Manual Deontológico y Bioético del Psicólogo. Principio 4 (pág 21) del Código Ético de la British Psychological Society. Principios C y B del Código Ético de la APA
Para actuar conforme al Principio de Integridad, los psicólogos: Conocen, entienden y atienden las reglas legales, profesionales, éticas e institucionales que regulan los servicios que proporcionan. Tratan de proteger los intereses de las personas, grupos, comunidades e instituciones con las que trabajan. El bienestar de los usuarios y el prestigio de la profesión, tienen prioridad sobre los intereses de un psicólogo. Son conscientes, asumen y actúan de acuerdo con sus responsabilidades profesionales y científicas con los individuos, grupos, sociedades, comunidades e instituciones en las que trabajan. Actúan respetando siempre los principios y las normas de la ética profesional, siempre con sólido fundamento en criterios de validez científica y utilidad social. Aceptan la responsabilidad de las consecuencias de sus actos y ponen todo el empeño para asegurar que sus servicios sean usados de manera correcta. Sostienen estándares profesionales de conducta, aclaran sus funciones y obligaciones profesionales, y manejan los conflictos de interés que podrían conducir a la explotación o daño de sí mismos o de terceros. Se aseguran de permanecer actualizados y ser competentes para prestar los servicios profesionales que ofrecen. Consecuentemente, se comprometen con el desarrollo profesional continuo y toman medidas para asegurar que siguen estando cualificados para la práctica. Son cautos y reconocen los límites de sus conocimientos, técnicas, competencias y experticias. Están atentos para regirse por los estándares de la comunidad y en el posible impacto que la conformidad o desviación de esos estándares puede tener sobre la calidad de su desempeño como psicólogos. Son veraces cuando exponen sus competencias y formación académica en su quehacer, en la enseñanza e investigación y en la relación con sus clientes. No roban, engañan o se involucran en el fraude, subterfugio o tergiversación intencional de hechos. No encubren actividades vanas o engañosas con su titulación profesional. Asumen la obligación de considerar la necesidad de utilizar el engaño u omitir parte de la información en el empleo de alguna técnica, procedimiento o estrategia específica de investigación. Para proceder de este modo deberán justificar técnicamente la maximización los beneficios y minimización los daños, estando siempre atentos a las posibles consecuencias que puedan producirse sobre el usuario y el prestigio de la profesión. Al hacerlo, asumen su responsabilidad de corregir cualquier desconfianza resultante, o sobre los efectos nocivos que se derivan de la utilización de tal técnica, procedimiento o estrategia. Del mismo modo, están obligados a clarificar las razones de este procedimiento y comunicar la información adecuada en el menor tiempo permitido por las exigencias técnicas. Se preocupan por el cumplimiento ético y la conducta científica y profesional de sus colegas. Se esfuerzan por mantener sus promesas y evitar compromisos imprudentes o poco claros. Promueven la honestidad y veracidad de la ciencia, la enseñanza y la práctica de la psicología. No desacreditan a colegas u otros profesionales que trabajan con sus mismos o diferentes métodos, y hablan con respeto de las escuelas y tipos de intervención que gozan de credibilidad científica y profesional. Respetan el trabajo de otros profesionales, especialmente de aquéllos que están más cercanos en sus distintas áreas de actividad. Cumplen a cabalidad con los deberes profesionales a que estén obligados en las instituciones en las cuales prestan sus servicios, salvo en los casos en que ello comporte la violación de cualquiera de las disposiciones de las normas legales vigentes. En esta última eventualidad, así se lo harán saber a su superior jerárquico. Aclaran la naturaleza y la direccionalidad de su lealtad y responsabilidad y mantienen a todas las partes informadas de sus compromisos cuando se generan conflictos de intereses entre los usuarios y las instituciones que emplean psicólogos. No omiten a retardan el cumplimiento de sus actividades profesionales. No solicitan o aceptan prebendas o beneficios indebidos para realizar sus actividades profesionales. No realizan maniobras de captación encaminadas a que les sean confiados determinados casos ni proceden con actuaciones que aseguren el monopolio profesional en un área determinada. Responden por la información que pueda revelar el personal auxiliar sin previo consentimiento del usuario. Llevan registro de los servicios profesionales que prestan, en las historias clínicas y demás modalidades de acervos documentales. No prestan su nombre ni su firma para que otros realicen actos propios de la psicología. Rechazan llevar a cabo la prestación de sus servicios cuando haya certeza de que puedan ser mal utilizados o utilizados en contra de los legítimos intereses de las personas, grupos, comunidades o instituciones. Evitan entrar en una relación multiple cuando esta puede afectar la competencia, objetividad o efectividad de sus funciones como pricólogo o generar riesgo de manipulación o dolor emocional en la persona con la cual interactúa profesionalmente.
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¿Cuál es la base de la integridad?
La integridad es la condición de un individuo u objeto de mantener todas sus partes. Esto no incluye solo lo físico, sino los valores y convicciones. Es decir, se puede afirmar que una persona es íntegra cuando actúa de acuerdo a las ideas que siempre ha manifestado.
- Esto significa que es confiable.
- Se suele asociar la integridad con términos como rectitud y moralidad, pero estos son subjetivos.
- Es decir, lo moral para una persona puede no serlo para otra que pertenece a otra cultura.
- Por esa razón, es preferible entender la integridad como el actuar en coherencia con los propios valores.
Dado lo anterior, la integridad es un valor que idealmente se busca en los líderes y en la autoridades. Esto, aunque finalmente terminen actuando de otra manera.
¿Qué es servir a Dios con integridad?
Los principios de la integridad – Deseo tratar siete principios de la integridad que espero nos inspiren para que este atributo propio de Cristo sea un rasgo de carácter fundamental en nuestra vida.1. La integridad es el cimiento de nuestro carácter y de todas las demás virtudes.
- En 1853, los santos iniciaron la construcción del Templo de Salt Lake.
- Durante la mayor parte de dos años largos y difíciles, los santos hicieron las excavaciones y pusieron los cimientos de arenisca de 2,4 m de profundidad.
- Un día, el capataz acudió al presidente Brigham Young para darle las devastadoras noticias: los bloques de arenisca tenían rajaduras.
Brigham Young se vio ante un dilema: (1) hacer todo lo posible por reforzarlos y edificar un templo de mucho menos peso y grandiosidad que lo que previamente se había esperado o, (2) desechar dos años de trabajo y reemplazar el cimiento con uno de granito que pudiese soportar el magnífico templo que Dios había previsto para ellos.
- Afortunadamente, el presidente Young eligió esta última alternativa 3,
- La integridad es el cimiento sobre el cual se edifican el carácter y una vida semejante a la de Cristo.
- Si en ese cimiento hay fisuras, entonces no soportará el peso de otros atributos propios de Cristo que deben edificarse sobre él.
¿Cómo podemos ser humildes si carecemos de la integridad para reconocer nuestras propias debilidades? ¿Cómo podemos cultivar la caridad hacia los demás si no somos totalmente honrados en nuestros tratos con ellos? ¿Cómo podemos arrepentirnos y ser limpios si sólo le divulgamos al obispo una parte de la verdad? La integridad está a la raíz de toda virtud.
- El autor cristiano C.S.
- Lewis destacó que una vez que cometemos un error en una ecuación matemática, simplemente no podemos seguir adelante: ‘Cuando he comenzado a hacer una suma incorrectamente, cuanto más pronto lo reconozca, me detenga y la vuelva a comenzar, más rápido podré seguir’ 4,
- Asimismo, no podemos seguir adquiriendo de manera cabal otras virtudes cristianas hasta que en primer lugar hagamos de la integridad el cimiento de granito de nuestras vidas.
En algunos casos, eso tal vez requiera que pasemos por el doloroso proceso de arrancar el cimiento actual edificado sobre el engaño y reemplazarlo, piedra por piedra, con un cimiento de integridad. Sin embargo, se puede hacer.2. La integridad no es hacer solamente lo que es lícito, sino aquello que sea moral o vaya de acuerdo con las enseñanzas de Cristo.
- Quizás sea lícito cometer adulterio, tal vez sea lícito tener relaciones físicas antes del matrimonio, quizás sea lícito decir chismes; pero ninguna de esas acciones es moral ni propia de Cristo.
- La integridad no es sólo adherirse al código legal; es también adherirse a un código moral más elevado.
- Es, como indicó el presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln: vivir de acuerdo con ‘los mejores ángeles de nuestra naturaleza’ 5,
Todo joven tiene el deber moral de proteger y preservar la virtud de la joven con la que salga, y toda joven tiene el deber moral recíproco hacia su pareja; es una prueba de la integridad de él o de ella. El hombre o la mujer que se esfuerce por tener integridad cultivará una determinación y una disciplina que trascienden incluso las fuertes pasiones de las emociones físicas.
- Esa integridad hacia Dios, hacia uno mismo y hacia los demás es lo que los sostiene y les da fortaleza, incluso cuando Satanás desata contra ellos su arsenal de tentaciones morales.
- El Señor dijo a esa generación: ‘levantaré para mí un pueblo puro’ ( D.
- Y C.100:16 ).
- Dios está contando con que nosotros seamos esa generación.
Hace unos años, mi colega de negocios y yo necesitábamos dar de baja a un empleado. Después de una serie de conversaciones, llegamos a un acuerdo a fin de compensarlo por sus servicios. Yo pensé que el pago era más que justo pero, no obstante, las relaciones quedaron tensas a consecuencia de las negociaciones.
- Esa noche me embargó un sentimiento de tristeza; traté de disiparlo al razonar que yo había sido justo, pero el sentimiento no se iba.
- Entonces tuve esta impresión: ‘No es suficiente ser justo; también debes esforzarte por ser como Cristo’.
- La adherencia a un código moral más elevado es el sello distintivo de un hombre o de una mujer de integridad.3.
La integridad toma decisiones basadas en implicaciones eternas. Una de las mujeres jóvenes de nuestro barrio estaba tomando un examen en la escuela secundaria local. Cuando levantó la vista, vio que una de sus amigas estaba haciendo trampas. Sus miradas se encontraron; avergonzada, la amiga se encogió de hombros y esbozó con los labios las palabras ‘necesito una buena calificación’.
- De alguna manera, esa joven había perdido su perspectiva eterna; nuestro destino no son las buenas calificaciones, sino llegar a ser como Dios.
- ¿De qué sirve ser aceptados a la universidad de más prestigio, si perdemos nuestra exaltación en el proceso? Cada vez que alguien hace trampas, cambia su primogenitura por un guiso de lentejas (véase Génesis 25:29–34 ).
Con su falta de visión, ha optado tener un billete hoy en vez de una riqueza infinita en la vida venidera. En una ocasión, un padre desilusionado me contó que su hija adolescente quería ‘vivir la vida’ y después, unos tres meses antes de casarse, enderezaría su modo de vivir a fin de recibir una recomendación para el templo.
- No conozco ningún presidente de estaca que daría una recomendación bajo tales circunstancias; no obstante, aun cuando se la dieran, sería una maldición y no una bendición.
- La integridad no es de mira corta; no es sólo un cambio provisional de conducta; es un cambio permanente de naturaleza.
- El rey Benjamín nos dijo cómo podríamos cambiar nuestra naturaleza, de la de un hombre natural a la de un hombre espiritual: ‘Porque el hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha sido desde la caída de Adán, y lo será para siempre jamás, a menos que se someta al influjo del Santo Espíritu, y se despoje del hombre natural, y se haga santo por la expiación de Cristo el Señor, y se vuelva como un niño: sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a someterse a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre él, tal como un niño se somete a su padre’ ( Mosíah 3:19 ; cursiva agregada).
El cambiar nuestra naturaleza, y no sólo nuestro comportamiento, se ve facilitado al tener la perspectiva eterna de que somos hijos de Dios, de que tenemos en nuestro interior una chispa de Su divinidad, y de que mediante la Expiación podemos llegar a ser como Él: el modelo perfecto de la integridad.4.
La integridad es dar a conocer toda la verdad y nada más que la verdad. Creo que el Señor puede tolerar nuestras debilidades y errores, siempre que demostremos un deseo y un esfuerzo por arrepentirnos. De eso se trata la Expiación; pero no creo que fácilmente tolere un corazón engañoso o una lengua mentirosa.
Hace unos años llevé a cabo una gira misional. Algunos de los misioneros estaban teniendo dificultades para obedecer. Esa tarde, el presidente de misión y yo realizamos entrevistas con algunos de los misioneros. A la mañana siguiente, para dar comienzo a nuestra conferencia de zona, el presidente de misión dio un excelente discurso sobre la integridad.
Sentí la impresión de hablar más sobre ese tema. Nos dimos cuenta de que en unos momentos estaríamos llevando a cabo más entrevistas, por lo que solicitamos que los misioneros no jugaran el juego en el que alguien sólo divulga la verdad si se le hace la pregunta exacta y específica. El Espíritu estuvo presente y cuatro misioneros que habían tenido entrevistas la noche anterior se presentaron en privado y dijeron: ‘Tenemos algo más que revelar’.
Uno de ellos dijo: ‘Quiero ser un hombre honrado’. Ese día cambió su cimiento de arena por el cimiento de granito de la integridad.5. En la integridad no hay pretextos ni excusas. Hay cierta nobleza en el hombre o en la mujer que reconoce sus debilidades y se responsabiliza de ellas sin excusas ni pretextos.
En varias ocasiones José Smith anotó sus debilidades en Doctrina y Convenios para que todos leyeran sobre ellas. Eso nos indica que no era perfecto, pero también indica que no tenía nada que esconder; era un hombre de integridad. ¿En qué forma afecta eso su credibilidad cuando relata la historia de la Primera Visión o el relato de las visitas de Moroni? Nos indica que podemos confiar en él, que podemos creer cada una de sus palabras porque es, en verdad, un hombre de integridad.6.
La integridad es guardar nuestros convenios y compromisos, aun cuando no sea conveniente. La integridad es el valor para hacer lo correcto a pesar de las consecuencias y la inconveniencia. El presidente N. Eldon Tanner (1898–1982), ex Primer Consejero de la Primera Presidencia, contó la siguiente experiencia: ‘No hace mucho, un joven vino a verme y dijo: ‘Hice un acuerdo con un hombre y dicho acuerdo exige que le haga ciertos pagos cada año.
Estoy atrasado y no puedo hacer los pagos ya que, si los hago, perderé mi casa. ¿Qué debo hacer?’. ‘Lo miré y le dije: ‘Cumpla con su compromiso’. ‘‘¿Aun a costa de mi casa?’. ‘Le dije: ‘No hablo de su casa; hablo de su compromiso; y creo que su esposa preferiría tener un esposo que mantenga su palabra, cumpla sus obligaciones, guarde sus promesas o sus convenios, y tenga que alquilar una casa, que tener una casa con un esposo que no cumple con sus convenios ni con sus promesas” 6,
Tenía una difícil decisión: su casa o su integridad. Un hombre o una mujer de integridad no cede ni se da por vencido simplemente porque es difícil, caro o inconveniente. En ese respecto, el Señor tiene un sentido perfecto de la integridad. Él ha dicho: ‘¿Quién soy yo para prometer y no cumplir?’ ( D.
Y C.58:31 ). Una de las pruebas determinantes de nuestra integridad es si guardamos los compromisos y las promesas que hemos hecho, o si hay pretextos en el cumplimiento de nuestra palabra.7. La integridad no depende de la presencia de los demás. Está impulsada por lo interno y no por lo externo. El élder Marion D.
Hanks (1921–2011), de los Setenta, contó acerca de un hombre y su hijo pequeño que ‘se detuvieron en un alejado maizal en un camino remoto de campo’ y admiraron el delicioso maíz que crecía al otro lado de la cerca. El padre, después de echar una mirada frente a él, hacia atrás, a su izquierda y a su derecha, ’empezó a subir por la cerca’ para tomar algunas mazorcas.
El hijo lo miró y le dijo con tono reprensible: ‘Papá, se te olvidó mirar hacia arriba’ 7, En la obra de Shakespeare, Hamlet, Polonio le dice a su hijo Laertes: Sé fiel a ti mismo, y a eso seguirá, como la noche al día, que no podrás ser entonces falso para nadie 8, ¡Qué consejo tan maravilloso! Tenemos una opción; podemos aprovechar el momento y tomar el control de nuestra vida o convertirnos en simples títeres de nuestro entorno y de nuestros compañeros.
¿Mirarían pornografía enfrente de su madre, su novio(a), su cónyuge o su obispo? Si es algo malo en presencia de los demás, es igualmente malo en ausencia de ellos. El hombre de integridad que es fiel a sí mismo y a Dios elegirá lo correcto independientemente de si alguien lo esté viendo, porque actúa por sí mismo, y no por el control de lo externo.
Ruego que la integridad de nuestras almas tenga un letrero en letras negras de molde que diga: ‘NO SE VENDE A NINGÚN PRECIO’, para que de nosotros se diga lo mismo que se dijo de Hyrum Smith: ‘bendito es mi siervo Hyrum Smith, porque yo, el Señor, lo amo a causa de la integridad de su corazón’ ( D. y C.124:15 ).
Ruego que todos lleguemos a ser hombres y mujeres de integridad, no porque tengamos que serlo, sino porque deseamos serlo. El Señor anunció la recompensa para aquellos que lo son: ‘De cierto os digo, que todos los que de entre ellos saben que su corazón es sincero y están dispuestos a cumplir sus convenios con sacrificio son aceptados por mí’ ( D.
¿Qué es la integridad del corazón?
El corazón íntegro hace lo correcto y no espera alabanzas El corazón íntegro siempre hará lo correcto aunque nadie mire, No necesita público ni alabanzas por sus buenos actos, en su firma de latir considera que la integridad es por encima de todo un valor excepcional, una necesidad de vivir en armonía con lo que dicta nuestra propia,
Hay quien comenta que la integridad es ese rasgo en peligro de extinción que ya no se ve demasiado en estas sociedades modernas. Que la rectitud de carácter y el alma intachable, noble y bondadosa ya no abunda en nuestros trabajos e instituciones. Ahora bien, lejos de preocuparnos por los ideales de los demás o de buscar pantallas donde reflejarnos para encontrar inspiración, lo más importante es ser íntegros con nosotros mismos,
En la vida, vas a encontrar genios sin ningún estudio e ignorantes con doctorados. No te preocupes ni por lo uno ni por lo otro, atiende solo la integridad de la persona y su conexión con tu corazón. Confucio, el reconocido pensador Chino, definió a la persona íntegra como un ‘ser superior’, alguien dotado de una gran de espíritu por poner en práctica sus ideas y más tarde, predicar a los demás lo que de verdad realiza.
¿Qué dice la Biblia de la honestidad y la integridad?
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.
¿Cuáles son los beneficios de la integridad?
Beneficios de integridad CONSEJO DE PASTORES DE RAFAELA Por Carlos Terranova. – Se dice que ser íntegro es, sencillamente ser lo que uno aparenta ser, es tener una sola cara. Se cuenta que un granjero encargó su muy preciada vaca a un amigo para poder hacer un viaje. La vaca murió mientras él no estaba. A su regreso quedó consternado por la mala noticia.
‘Iba a vender la vaca’, dijo. ‘Necesito desesperadamente el dinero’. Entonces decidió que de todas formas vendería la vaca, haría una rifa. Vendió trescientos números a dos pesos cada uno y presentó la vaca muerta al ganador de la rifa. Cuando este reclamó que no esperaba una vaca muerta, el granjero se disculpó y le regresó los dos pesos de su boleto, ¡y se quedó con los otros quinientos noventa y ocho! Seguramente usted primero sonreirá y luego pensará, que falta de integridad.
Lamentablemente vivimos en un mundo donde la integridad es un valor en extinción. Es noticia si alguien encuentra dinero y lo devuelve, cuando debería ser lo natural. Veamos algunos beneficios de la integridad según la biblia: • La integridad alarga la vida: el rey Ezequías enfermó y Dios le declaró que iba a morir (Isaías 38.1- 6).
- Al enterarse, Ezequías oró y dijo: ‘Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos’.
- Minutos después, Dios dijo: ‘He oído tu oraciónhe aquí que yo añado a tus días quince años’ Dios cambió el decreto de muerte, prolongando la vida.
¿Qué tuvo de especial la oración de Ezequías para que Dios hiciera eso? La integridad movió el corazón de Dios. Otro texto dice: ‘Cuando se trate de comprar y de vender, no hagas trampa, usa pesas y medidas exactas. Así vivirás muchos años’ Deuteronomio 25: 15.
- La integridad trae la prosperidad: ‘Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien’.
- Josué 1: 8 ‘Él reserva la prosperidad para los rectos’ Proverbios 2: 7 Si pierdes la integridad, pierdes la prosperidad.
Usted me dirá ¿Porque hay mucha gente corrupta que prospera?, déjeme decirle que eso no es prosperidad, la biblia le llama robo, estafa, explotación, negocios sucios y Dios a su tiempo dará su merecido a los que así actúan. • La integridad protege nuestra vida: ‘Él es escudo para los que andan en integridad’.
- Proverbios 2: 7 ‘El hombre honrado quedará a salvo, el de mala conducta un día caerá’.
- Proverbios 28: 18.
- Dios promete ser escudo, protección y salvación para los íntegros.
- La integridad produce tranquilidad: ‘El que vive honradamente lleva una vida tranquila.
- El que es sinvergüenza un día será descubierto’.
Proverbios 10: 9. No hay nada más hermoso que transitar la vida con la frente alta, sin que puedan señalarte, sencillamente por vivir con honradez. • La integridad atrae el favor y la presencia de Dios: ‘Contigo está el que es íntegro en sus conceptos’.
- Job 36: 4 ‘Para los íntegros, es toda mi complacencia’.
- Salmos 16: 3’Porque sol y escudo es Jehová.
- Gracia y gloria dará Jehová.
- No quitará el bien a los que andan en integridad’.
- Salmos 84: 11 ‘Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo.
- Como con un escudo lo rodearás de tu favor’.
- Salmos 5: 12 Tener el favor de Dios es que Él está de mi parte, Dios juega para mi equipo.
• La integridad bendice a nuestros hijos: ‘Dios bendice a los hijos del honrado’. Proverbios 20: 7. Qué mejor premio que ver la consecuencia de nuestro accionar en la vida de nuestros hijos, trayéndoles favor y bendición. La mejor herencia que podemos dejar a nuestra descendencia es un testimonio intachable, el ejemplo de una vida honrada.
La integridad nos augura un buen futuro: ‘Fíjate bien en la gente honrada, observa a los que hacen lo bueno: ¡para esta gente de paz hay un futuro brillante’. Salmos 37: 37. • La integridad nos otorga poder en la oración. ‘Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios, y cualquiera cosa que pidiéramos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él’.1ª Juan 3: 21 ‘Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos’.
Salmos 34: 15. Mire si usted se acerca a Dios sin integridad, sin una vida limpia y honrosa, sus oraciones no tiene respuesta, ni son oídas. Por el contrario Dios promete responder las oraciones del Integro de corazón. • ¿Cuáles deberían ser algunas características de una persona que anda en integridad? Cumple su palabra y nunca miente.
Es puntual y responsable con sus compromisos. Paga sus deudas. Disfruta de relaciones sexuales sólo con su cónyuge y si es soltero espera hasta el matrimonio. Lee la biblia y la pone por obra. Su cónyuge lo respeta y admira. Sus hijos lo obedecen y están orgullosos de él. Sus vecinos lo aprecian y valoran.
Sus valores principales son: amar a Dios en espíritu, alma y cuerpo y amar al prójimo como a él mismo. No tiene fisuras entre lo que habla y lo que vive. El dicho común es ‘haz lo que yo digo y no lo que yo hago’, en un retrato perfecto de una vida hipócrita y falta de integridad.
En la Carta de Santiago encontramos esta advertencia ‘El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos’. Cap.1:8. Sansón no fue íntegro y murió aplastado; Salomón no fue íntegro y detrás de si el Reino se dividió, Judas no fue íntegro y se terminó suicidando. José fue íntegro y Dios le exaltó, Daniel fue íntegro y Dios cerró la boca de los leones y lo protegió.
Vale la pena ser íntegro. Dios le bendiga. El autor es pastor de la Primera Iglesia Evangélica Bautista. Email: Redacción de Diario La Opinión de RafaelaSeguinos en Facebook y Twitter : Beneficios de integridad
¿Cuál es la importancia de ser una persona íntegra?
Una persona íntegra atraerá a los demás por sus cualidades personales. Avanzará hacia sus objetivos y metas en la vida de una manera mucho más rápida y segura. Será una persona con la tranquilidad mental que da el no tener un pasado o presente oscuro.
¿Cómo surge la integridad?
Cuando se habla de valores, casi siempre uno escoge aquel que le parece más afín o del que tiene mucho aún que aprender. Este escrito no intenta, de ninguna manera, dar consejos de moral ni ética, sino estudiar los juegos semánticos o metafóricos de las palabras dado su comportamiento social y el impacto discursivo que tienen.
Un buen ejemplo de esto lo exhiben las palabras ‘íntegro’ e ‘integridad’, pues se puede observar en textos escritos cómo a través de los siglos el uso de una u otra ha variado en frecuencia. Por esto, propondré algunas razones por las que creo que se produce ese cambio. Es obvio que con las palabras reflejamos también quiénes somos o quiénes estamos siendo.
La selección de ‘íntegro’ e ‘integridad’ nace de la necesidad de entender en qué lugar del tiempo han quedado sus significados. Creo que es importante rescatarlas del espacio rígido e inmóvil en el que parecen haber caído para darles movilidad y plenitud a través de nuestros actos.
- La palabra ‘íntegro’ es un adjetivo que provienen del latín intĕger y que etimológicamente quiere decir lo ‘intacto’, lo ‘puro’.
- La definición del Diccionario de la lengua española (DLE) presenta dos acepciones: que no carece de ninguna de sus partes (definición que coincide con el Nuevo tesoro lexicográfico del español : ‘entero, completo y que no le falta nada en su línea’) y dicho de una persona recta, proba, intachable.
El término ‘íntegro’ se registra por primera vez en textos del siglo XIII (1250) en España. De hecho, en Enclave 1, entre los datos que provee de Frecuencia de uso en textos seleccionados, muestra que la palabra ‘íntegro’ no se documenta hasta el siglo XIII, no se registra en el siglo XV y vuelve a aparecer en el siglo XVI hasta nuestros días, alcanzando su mayor frecuencia de uso en el siglo XX y mermando considerablemente en lo que va del siglo XXI. Al trazar la ruta histórica mediante la frecuencia de uso de ambas palabras, me parece pertinente observar si hay alguna correspondencia entre la política pública e internacional de los últimos siglos que aporte al aumento o disminución en el uso de estas.
Aunque habría que hacer una estimación y proyección entre la evidencia encontrada del uso de la palabra ‘íntegro’ en el siglo XX (11.5 casos por millón de palabras) y los menos de veinte años que lleva el siglo XXI (4.6 casos por millón de palabras), el simple hecho de que se use con tanta frecuencia me obliga a cuestionar y repensar el por qué el uso frecuencial de una sobre la otra.
Un repaso de algunos hechos históricos trascendentales me plantea las siguientes preguntas: ¿qué acontecimientos han producido la proliferación del uso de la palabra ‘íntegro’ en el siglo XX y su aparente menoscabo durante estos primeros años del siglo XXI?, ¿por qué aumentó el uso de la palabra ‘integridad’ en el siglo XVIII, disminuyó en el XIX y aumentó vertiginosamente en el siglo XX y lo que va del XXI? Las sutilezas semánticas que plantean ambos términos, aquí también valores, pueden crear ciertas distinciones e interpretaciones significativas.
Por eso, es importante observarlas. ‘Ser íntegro’ pudiera interpretarse como una decisión individual, un compromiso voluntario de hacer las cosas correctamente, no olvidemos que es un adjetivo, por lo que va a calificar y a determinar a un sujeto, versus ‘la integridad’ que puede ser interpretada como una cualidad que le pertenece a otro y no al sujeto actante, un atributo o condición que debe tener un ente exterior (empresas, gobiernos).
Repasemos muy brevemente algunos acontecimientos que pudieran haber servido de motor para el uso significativo de estas dos palabras. La separación entre Iglesia y Estado se consolida durante el siglo XVIII, periodo de la Ilustración. Aunque se sabe que esa idea comienza a surgir desde el Renacimiento, con el Humanismo, no es hasta el siglo XVIII que se fortalece con el surgimiento de la república.
- Cuando los gobiernos son asunto público (secular), los que lo conforman tienen que ser íntegros y honestos para que funcionen.
- Es decir, la secularización exige integridad como un principio para establecer el buen gobierno.
- Por tanto, es lógico que la palabra ‘integridad’ tenga un aumento de frecuencia de uso durante ese periodo.
Por otro lado, es preciso recordar que a principios del siglo XX comienza la experimentación sistemáticamente con miles de seres humanos por parte de militares (británicos, estadounidenses, alemanes y otros) en programas de investigación para lo que es la guerra química y bacteriológica.
Recordemos los experimentos de los médicos nazis, los experimentos de radiación humana durante la Guerra Fría, entre otros. La experimentación con humanos no se empleó solamente en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, sino que, muchos otros países, incluyendo Puerto Rico, también la utilizaron. En lo que compete a Puerto Rico, no olvidemos los ‘estudios’ del doctor y científico estadounidense Cornelius P.
Rhoads, quien al supuestamente investigar sobre la anemia en la isla (1930) les inyectó células cancerígenas y elementos radiactivos a los anémicos para estudiar los efectos de estos químicos en seres humanos, o la experimentación con la píldora anticonceptiva en puertorriqueñas a principios de los sesenta (1960), sin que estas supieran lo que estaban usando, o la experimentación con el ‘agente naranja’ utilizado en varios bosques de la isla (1963-1965).
- La lista es larga, pero todo esto pone de relieve la falta de integridad de los gobiernos o Estados para con sus habitantes.
- Estos programas de experimentación con humanos pusieron en tela de juicio, no tan solo la integridad de las personas que prestaron sus servicios y las autoridades que los financiaron, sino que faltaron a la integridad de los sujetos que fueron sometidos a estos experimentos.
Con el surgimiento de la Junta de Revisión Institucional en Estados Unidos, IRB por sus siglas en inglés, también conocida como la Comisión de Ética Independiente, comenzó una revisión formal de los protocolos para las investigaciones con humanos. Este organismo, a partir de las nuevas leyes 2, se limitó a aprobar las investigaciones en la que los riesgos para los sujetos fueran menores y que, a su vez, potenciaran beneficios para la sociedad.
- Es evidente que ante tantos abusos cometidos institucionalmente contra humanos se enjuiciaran a científicos y a militares, y que los gobiernos modificaran, por lo menos a nivel jurídico, su política pública.
- Esta podría ser una de muchas razones lógicas del incremento en frecuencia de uso de la palabra ‘íntegro’ para esta época.
Asimismo, a nivel laboral, durante el siglo XX las organizaciones y empresas establecieron códigos de ética y normas de conducta que incluían la ‘integridad’ como un principio ético y un valor que les garantizara, no tan solo el comportamiento apropiado de sus empleados, sino la segura obtención de ganancias.
Por ejemplo, a principios del siglo XX, el fundador de la compañía Ford Motor Company, Henry Ford, denominado también el ‘padre’ de las cadenas de producción y a quien se le atribuye el fordismo, cambió, según sus mejores intereses, la forma de contratar a los trabajadores a través de un programa revolucionario para su época.
Su sistema, en un sentido, puso en debate la idea de integridad e íntegro en el espacio laboral. Su programa redujo la jornada laboral de 9 a 8 horas diarias y aumentó el salario mínimo al doble de lo establecido en ese momento. De esta forma, reclutaba a los trabajadores más competentes y les mejoraba el nivel de vida, hecho que aumentaba, sin duda, su eficiencia y productividad.
- El aumento en salario significó para Ford ‘compartir’ los beneficios de su empresa con sus trabajadores y, a su vez, mover la economía.
- Además, implementó algunas reglas éticas, otras no, que aún hoy día permanecen en la mayoría de los trabajos: no beber, no jugar; pero tampoco formar sindicatos.
- De todo su legado, hay una frase paradigmática, la cual usó para la línea de producción y que es aplicable, no solo para obtener ciertas garantías en el espacio laboral de honestidad y compromiso, sino que puede fácilmente aplicarse a otros ámbitos de la vida: Calidad significa hacer lo correcto cuando nadie está mirando.
En el caso de Ford, era necesario que los trabajadores cumplieran con la encomienda, aun cuando el ojo del jefe no estuviera presente para garantizar la productividad en beneficio de todos. Esta visión, en gran medida, propició el hecho de que en los noventa surgiera el boom de la ‘Gerencia de calidad total’ (Total Quality Management -TQM-) propulsada por William E.
Deming, Joseph M. Juran y Phillip B. Crosby, que fomentaba la mejoría continua de la organización y el involucramiento de todos sus miembros, centrándose en la satisfacción del cliente. Obviamente, esto también aporta a la gestación de una ética laboral consolidada en la que el principio de integridad es fundamental.
En España, la investigadora Carolina Mayor Sánchez, afirma que las empresas del Ibex35 3 están muy preocupadas por la implementación de los códigos éticos: ‘El fraude, la corrupción y el soborno, la malversación de fondos y el procedimiento sobre entrega y aceptación de regalos son algunas de las conductas que más preocupan a las empresas’ (Mayor Sánchez, 40).
Además, sabemos que muchas profesiones, como la medicina y la psicología, los corredores de inversiones y los comerciantes 4, entre otros, se tienen que regir por el principio de integridad para poder ejercer su profesión. Ser íntegro implica que cada ser humano tenga el compromiso personal de serlo, hacer las cosas correctamente y con cuidado cuando nadie nos está observando e inclusive procurar el bien ajeno aún a costa del propio (altruismo).
Es obvio que estas NO son cualidades que se destaquen en lo que va de este siglo (XXI). Aunque cada siglo tiene sus encantos y desencantos, el que nos compete, ha olvidado su palabra y en su lugar ha dado paso a su revés: la corrupción y la deshonestidad.
No porque no haya existido antes, solo basta con mirar la historia para encontrarla (las dinastías, la monarquía, el despotismo ilustrado, los imperios, a Maquiavelo y los Médici, entre otros), allí también faltó integridad, sino que con un vistazo ante los últimos acontecimientos a nivel político en Estados Unidos y en Europa, por nombrar algunas regiones, podríamos entender el porqué de la degradación de la palabra ‘íntegro’ en la actualidad.
Hay quienes dicen que la palabra engendra la cosa, puede ser a nivel simbólico; pero lo cierto es que las palabras pueden convocar los actos. Por esto, hacer una buena selección de las palabras en la construcción de nuestro discurso diario, ya sea en el trabajo, con la familia, en nuestra vida, reconociendo su sentido metafórico (Paul Ricoeur), nos ayuda a centrar las ideas y también a ser mejores seres humanos.
No copiarse en una prueba, no mentir en el espacio laboral, pensar y hacer el bien común es tarea de todos. Las palabras no nos obligan a actuar; están ahí, son bastiones, templos sagrados a los que acudir para comunicar nuestras emociones y pensamientos, para convocarnos a hacer muchas cosas, como el bien.
Una vez se originan, usarlas es una forma de no perderlas. Habrá que rescatar la palabra ‘íntegro’ y devolvérsela a la tribu, como diría Mallarmé. Habrá que hacer un mejor uso de ella y mostrarlo sin reparo, con nuestros actos. Tania A. Ramos González, Ph.D.
¿Qué significa integridad en el diccionario de la Real Academia Española?
Cuando se habla de valores, casi siempre uno escoge aquel que le parece más afín o del que tiene mucho aún que aprender. Este escrito no intenta, de ninguna manera, dar consejos de moral ni ética, sino estudiar los juegos semánticos o metafóricos de las palabras dado su comportamiento social y el impacto discursivo que tienen.
- Un buen ejemplo de esto lo exhiben las palabras ‘íntegro’ e ‘integridad’, pues se puede observar en textos escritos cómo a través de los siglos el uso de una u otra ha variado en frecuencia.
- Por esto, propondré algunas razones por las que creo que se produce ese cambio.
- Es obvio que con las palabras reflejamos también quiénes somos o quiénes estamos siendo.
La selección de ‘íntegro’ e ‘integridad’ nace de la necesidad de entender en qué lugar del tiempo han quedado sus significados. Creo que es importante rescatarlas del espacio rígido e inmóvil en el que parecen haber caído para darles movilidad y plenitud a través de nuestros actos.
- La palabra ‘íntegro’ es un adjetivo que provienen del latín intĕger y que etimológicamente quiere decir lo ‘intacto’, lo ‘puro’.
- La definición del Diccionario de la lengua española (DLE) presenta dos acepciones: que no carece de ninguna de sus partes (definición que coincide con el Nuevo tesoro lexicográfico del español : ‘entero, completo y que no le falta nada en su línea’) y dicho de una persona recta, proba, intachable.
El término ‘íntegro’ se registra por primera vez en textos del siglo XIII (1250) en España. De hecho, en Enclave 1, entre los datos que provee de Frecuencia de uso en textos seleccionados, muestra que la palabra ‘íntegro’ no se documenta hasta el siglo XIII, no se registra en el siglo XV y vuelve a aparecer en el siglo XVI hasta nuestros días, alcanzando su mayor frecuencia de uso en el siglo XX y mermando considerablemente en lo que va del siglo XXI. Al trazar la ruta histórica mediante la frecuencia de uso de ambas palabras, me parece pertinente observar si hay alguna correspondencia entre la política pública e internacional de los últimos siglos que aporte al aumento o disminución en el uso de estas.
Aunque habría que hacer una estimación y proyección entre la evidencia encontrada del uso de la palabra ‘íntegro’ en el siglo XX (11.5 casos por millón de palabras) y los menos de veinte años que lleva el siglo XXI (4.6 casos por millón de palabras), el simple hecho de que se use con tanta frecuencia me obliga a cuestionar y repensar el por qué el uso frecuencial de una sobre la otra.
Un repaso de algunos hechos históricos trascendentales me plantea las siguientes preguntas: ¿qué acontecimientos han producido la proliferación del uso de la palabra ‘íntegro’ en el siglo XX y su aparente menoscabo durante estos primeros años del siglo XXI?, ¿por qué aumentó el uso de la palabra ‘integridad’ en el siglo XVIII, disminuyó en el XIX y aumentó vertiginosamente en el siglo XX y lo que va del XXI? Las sutilezas semánticas que plantean ambos términos, aquí también valores, pueden crear ciertas distinciones e interpretaciones significativas.
Por eso, es importante observarlas. ‘Ser íntegro’ pudiera interpretarse como una decisión individual, un compromiso voluntario de hacer las cosas correctamente, no olvidemos que es un adjetivo, por lo que va a calificar y a determinar a un sujeto, versus ‘la integridad’ que puede ser interpretada como una cualidad que le pertenece a otro y no al sujeto actante, un atributo o condición que debe tener un ente exterior (empresas, gobiernos).
Repasemos muy brevemente algunos acontecimientos que pudieran haber servido de motor para el uso significativo de estas dos palabras. La separación entre Iglesia y Estado se consolida durante el siglo XVIII, periodo de la Ilustración. Aunque se sabe que esa idea comienza a surgir desde el Renacimiento, con el Humanismo, no es hasta el siglo XVIII que se fortalece con el surgimiento de la república.
Cuando los gobiernos son asunto público (secular), los que lo conforman tienen que ser íntegros y honestos para que funcionen. Es decir, la secularización exige integridad como un principio para establecer el buen gobierno. Por tanto, es lógico que la palabra ‘integridad’ tenga un aumento de frecuencia de uso durante ese periodo.
Por otro lado, es preciso recordar que a principios del siglo XX comienza la experimentación sistemáticamente con miles de seres humanos por parte de militares (británicos, estadounidenses, alemanes y otros) en programas de investigación para lo que es la guerra química y bacteriológica.
Recordemos los experimentos de los médicos nazis, los experimentos de radiación humana durante la Guerra Fría, entre otros. La experimentación con humanos no se empleó solamente en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, sino que, muchos otros países, incluyendo Puerto Rico, también la utilizaron. En lo que compete a Puerto Rico, no olvidemos los ‘estudios’ del doctor y científico estadounidense Cornelius P.
Rhoads, quien al supuestamente investigar sobre la anemia en la isla (1930) les inyectó células cancerígenas y elementos radiactivos a los anémicos para estudiar los efectos de estos químicos en seres humanos, o la experimentación con la píldora anticonceptiva en puertorriqueñas a principios de los sesenta (1960), sin que estas supieran lo que estaban usando, o la experimentación con el ‘agente naranja’ utilizado en varios bosques de la isla (1963-1965).
La lista es larga, pero todo esto pone de relieve la falta de integridad de los gobiernos o Estados para con sus habitantes. Estos programas de experimentación con humanos pusieron en tela de juicio, no tan solo la integridad de las personas que prestaron sus servicios y las autoridades que los financiaron, sino que faltaron a la integridad de los sujetos que fueron sometidos a estos experimentos.
Con el surgimiento de la Junta de Revisión Institucional en Estados Unidos, IRB por sus siglas en inglés, también conocida como la Comisión de Ética Independiente, comenzó una revisión formal de los protocolos para las investigaciones con humanos. Este organismo, a partir de las nuevas leyes 2, se limitó a aprobar las investigaciones en la que los riesgos para los sujetos fueran menores y que, a su vez, potenciaran beneficios para la sociedad.
- Es evidente que ante tantos abusos cometidos institucionalmente contra humanos se enjuiciaran a científicos y a militares, y que los gobiernos modificaran, por lo menos a nivel jurídico, su política pública.
- Esta podría ser una de muchas razones lógicas del incremento en frecuencia de uso de la palabra ‘íntegro’ para esta época.
Asimismo, a nivel laboral, durante el siglo XX las organizaciones y empresas establecieron códigos de ética y normas de conducta que incluían la ‘integridad’ como un principio ético y un valor que les garantizara, no tan solo el comportamiento apropiado de sus empleados, sino la segura obtención de ganancias.
Por ejemplo, a principios del siglo XX, el fundador de la compañía Ford Motor Company, Henry Ford, denominado también el ‘padre’ de las cadenas de producción y a quien se le atribuye el fordismo, cambió, según sus mejores intereses, la forma de contratar a los trabajadores a través de un programa revolucionario para su época.
Su sistema, en un sentido, puso en debate la idea de integridad e íntegro en el espacio laboral. Su programa redujo la jornada laboral de 9 a 8 horas diarias y aumentó el salario mínimo al doble de lo establecido en ese momento. De esta forma, reclutaba a los trabajadores más competentes y les mejoraba el nivel de vida, hecho que aumentaba, sin duda, su eficiencia y productividad.
El aumento en salario significó para Ford ‘compartir’ los beneficios de su empresa con sus trabajadores y, a su vez, mover la economía. Además, implementó algunas reglas éticas, otras no, que aún hoy día permanecen en la mayoría de los trabajos: no beber, no jugar; pero tampoco formar sindicatos. De todo su legado, hay una frase paradigmática, la cual usó para la línea de producción y que es aplicable, no solo para obtener ciertas garantías en el espacio laboral de honestidad y compromiso, sino que puede fácilmente aplicarse a otros ámbitos de la vida: Calidad significa hacer lo correcto cuando nadie está mirando.
En el caso de Ford, era necesario que los trabajadores cumplieran con la encomienda, aun cuando el ojo del jefe no estuviera presente para garantizar la productividad en beneficio de todos. Esta visión, en gran medida, propició el hecho de que en los noventa surgiera el boom de la ‘Gerencia de calidad total’ (Total Quality Management -TQM-) propulsada por William E.
Deming, Joseph M. Juran y Phillip B. Crosby, que fomentaba la mejoría continua de la organización y el involucramiento de todos sus miembros, centrándose en la satisfacción del cliente. Obviamente, esto también aporta a la gestación de una ética laboral consolidada en la que el principio de integridad es fundamental.
En España, la investigadora Carolina Mayor Sánchez, afirma que las empresas del Ibex35 3 están muy preocupadas por la implementación de los códigos éticos: ‘El fraude, la corrupción y el soborno, la malversación de fondos y el procedimiento sobre entrega y aceptación de regalos son algunas de las conductas que más preocupan a las empresas’ (Mayor Sánchez, 40).
- Además, sabemos que muchas profesiones, como la medicina y la psicología, los corredores de inversiones y los comerciantes 4, entre otros, se tienen que regir por el principio de integridad para poder ejercer su profesión.
- Ser íntegro implica que cada ser humano tenga el compromiso personal de serlo, hacer las cosas correctamente y con cuidado cuando nadie nos está observando e inclusive procurar el bien ajeno aún a costa del propio (altruismo).
Es obvio que estas NO son cualidades que se destaquen en lo que va de este siglo (XXI). Aunque cada siglo tiene sus encantos y desencantos, el que nos compete, ha olvidado su palabra y en su lugar ha dado paso a su revés: la corrupción y la deshonestidad.
No porque no haya existido antes, solo basta con mirar la historia para encontrarla (las dinastías, la monarquía, el despotismo ilustrado, los imperios, a Maquiavelo y los Médici, entre otros), allí también faltó integridad, sino que con un vistazo ante los últimos acontecimientos a nivel político en Estados Unidos y en Europa, por nombrar algunas regiones, podríamos entender el porqué de la degradación de la palabra ‘íntegro’ en la actualidad.
Hay quienes dicen que la palabra engendra la cosa, puede ser a nivel simbólico; pero lo cierto es que las palabras pueden convocar los actos. Por esto, hacer una buena selección de las palabras en la construcción de nuestro discurso diario, ya sea en el trabajo, con la familia, en nuestra vida, reconociendo su sentido metafórico (Paul Ricoeur), nos ayuda a centrar las ideas y también a ser mejores seres humanos.
No copiarse en una prueba, no mentir en el espacio laboral, pensar y hacer el bien común es tarea de todos. Las palabras no nos obligan a actuar; están ahí, son bastiones, templos sagrados a los que acudir para comunicar nuestras emociones y pensamientos, para convocarnos a hacer muchas cosas, como el bien.
Una vez se originan, usarlas es una forma de no perderlas. Habrá que rescatar la palabra ‘íntegro’ y devolvérsela a la tribu, como diría Mallarmé. Habrá que hacer un mejor uso de ella y mostrarlo sin reparo, con nuestros actos. Tania A. Ramos González, Ph.D.
¿Qué es la integridad para los niños?
¿Sabrías definir qué es la integridad? ¿Y sabrías cómo educar a tu hijo para que fuera un niño íntegro y coherente? Dentro de nuestro proyecto 12 meses 12 cualidades, nos centramos en qué podemos hacer los padres para educar con integridad a nuestros hijos para que sean buenas personas, honestas, sinceras y con valores morales. Cuando alguien nos dice que no somos personas íntegras significa que no hemos sido coherentes entre aquello que dijimos y lo que al final hemos mostrado con nuestros actos. Sabemos que cuando alguien no confía en nosotros es porque no nos dejamos ver como personas sinceras y eso, a la larga y también a la corta, nos puede perjudicar.
- La integridad es una cualidad importante para el éxito real (el que realmente debemos inculcar a nuestros hijos e hijas).
- Se trata de una cualidad que debe darse en varias facetas de la vida.
- Es posible que, lograr que los niños sean íntegros es más complejo de lo que parece, pues se trata de un concepto que es complicado de comprender.
Sin embargo, lo pueden ir interiorizando desde la más tierna infancia. Y es precisamente esa unión entre la integridad física y la mental, nuestras ideas y deseos, nuestros objetivos y emociones lo que nos va a permitir ser coherentes con nuestros pensamientos y acciones. Enseñar a nuestros hijos los valores de la integridad y la coherencia es importante no solo para que tengan éxito en la vida, sino para que aprendan a ser responsables, buenas personas y mejores ciudadanos, La integridad física, el instinto mental, emocional y también la integridad espiritual son los planos que debemos tener siempre presentes.
Y es que cuando ayudamos a nuestros hijos a mantener su integridad y coherencia resulta mucho más fácil hacerles entender que es importante y necesario hacer lo que decimos y cumplir con nuestras promesas, también las que nos hacemos a nosotros mismos. Si queremos que nuestros niños sean personas íntegras y se preparen para lo que quieren hacer podemos hacer mucho por ayudarles, también a que sean honestos consigo mismos.
A continuación te ofrecemos algunos consejos que te serán de gran utilidad. – Cuando prometas o digas una cosa cúmplela ; es el mejor modo de que tus hijos aprendan lo valioso que es ser fieles a nuestra palabra. Y, cuando no te sea posible llevar a cabo aquello que dijiste, explica el porqué, la razón de ese cambio y no dudes en ofrecer alternativas o soluciones alcanzables.
– Permite que tus hijos experimenten, creen, tomen sus propias decisiones, cometan errores y aprendan de ellos. – Cuando digan, por ejemplo, que van a recoger su habitación, y luego no lo hagan, no saques a relucir los castigos o las consecuencias negativas ya que el mensaje que les estás mandando no es el adecuado.
En su lugar hazles ver dónde está su responsabilidad y su interés por hacer las cosas de forma correcta. – El ejemplo de integridad y coherencia ha de estar primero de todo en la familia, empezando por tu propio ejemplo, pero también en el entorno más cercano de tu hijo.
Los cuentos cortos y los vídeos educativos pueden ser de gran utilidad como ejemplo para distinguir lo que está bien de lo que no lo está. – Habla con tu hijo siempre que sea posible, cuéntale tus cosas y cómo te ha ido el día y muestra interés por sus gustos y aficiones sean las que sean en este momento, por sus metas en la vida y sus sueños y explícale que para alcanzar aquello que se proponga, ahora y el día de mañana, valores que se aprenden desde pequeño como son el esfuerzo, la honestidad, la coherencia y la sinceridad son el eje sobre el que todo debe girar.
– Trabaja en la sana autoestima de tu hijo, en la confianza en sí mismo. Enséñale a que tenga valores y a que sepa decir ‘no’ cuando así lo crea necesario. Y es que no dejarse arrastrar por la corriente, sobre todo cuando se acercan a la adolescencia, y desarrollar un pensamiento propio crítico también es ejemplo de coherencia e integridad física, mental y espiritual.
Reconoce sus buenas acciones, cuando se comporta de forma íntegra, valora su esfuerzo, respeta sus capacidades y sus límites y no le compares con nadie. Se pueden poner límites y ser flexible al mismo tiempo. – Y, por último, que no menos importante, muestra a tus niños tu amor y apoyo incondicional, bríndales tiempo de calidad, sé consciente de sus propias necesidades y evita el sentimiento de culpa y los enfrentamientos que nada suman y mucho restan.
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¿Qué es la integridad moral explicacion para niños?
La integridad moral puede definirse como una cualidad de la persona que la faculta para tomar decisiones sobre su comportamiento por sí misma. Se predica de todos los individuos en cuanto tales. Está muy relacionada con la concepción del sujeto de sí mismo: sus comportamientos, creencias y forma de actuar,