Superar una ruptura amorosa es una fuente de estrés para ambos miembros de pareja. Las relaciones son una fuente primaria de felicidad y satisfacción para la mayoría de las personas (Berscheid et al., 1998) por lo que su ruptura puede convertirse en una de las mayores fuentes de malestar (Tashiro, 2003).
En cualquier situación de ruptura amorosa se produce de forma habitual tanto un aumento del malestar psicológico como una reducción del nivel de satisfacción vital de la persona (Rhoades et al., 2011). Existen diversas formas en las que puede producirse una ruptura amorosa, En el caso de que no se produzca por mutuo acuerdo, la recuperación puede resultar más difícil, especialmente para la persona que no se muestra de acuerdo en finalizarla o no comparte los motivos,
Para la persona que se encuentra en esta situación inevitablemente surge un malestar intenso e inesperado, con frecuentes dudas y rencores. De forma general, las consecuencias de la ruptura amorosa, han sido estudiadas en relación al divorcio, sin embargo, se trata de un fenómeno que también se da de forma frecuente en personas jóvenes, a pesar de no haber tomado la decisión de casarse. Desde un punto de vista psicológico, una ruptura amorosa implica un proceso de duelo personal de menor o mayor intensidad que puede conllevar, en los casos más complicados, pensamientos recurrentes y dolorosos sobre lo sucedido. Malestar, hostilidad, nostalgia o tristeza son indicadores de la presencia de un desequilibrio mental y emocional propio de la ruptura.
Dicho desequilibrio tendrá una extensión temporal variable según el caso y puede conllevar o una maduración personal o una cierta regresión emocional. Se trata de una fase de adaptación natural que variará en intensidad y duración en función de la personalidad, historia personal y estado anímico general de cada persona.
A pesar de ello, es relevante destacar que la ruptura amorosa se trata de una fase, Por este motivo, no podemos permitir que se extienda en el tiempo más allá de lo adecuado para ponernos en marcha en la recuperación de nuestro bienestar y en la adaptación a nuestra nueva situación personal.2.
No hay culpables, deja de buscarlos. Una relación amorosa, en tanto que relación interpersonal, necesariamente se produce entre dos personas. Cada parte de la relación juega el mismo protagonismo dentro de ésta: las responsabilidades, las culpas y los reproches siempre se repartirán entre ambos miembros de la pareja.
Reflexionar acerca de las propias conductas como forma de aprender de los errores puede resultar en cierto modo beneficioso. Sin embargo esto debe realizarse con cierta moderación y siempre y cuando el fin de nuestra reflexión sea seguir adelante. Centrar toda nuestra atención y energías en encontrar al culpable no servirá de ninguna ayuda en el proceso de recuperación, sino más bien todo lo contrario.3. Aunque parezca imposible, tu objetivo tiene que centrarse en recuperarte y lograr pasar página enfocándote en acciones productivas que te ayuden a salir adelante de la ruptura amorosa de la mejor forma posible. Tómate las cosas con calma. Puedes tomar la situación como una oportunidad para conocerte mejor, identificar tus deseos y necesidades de forma más clara y con ello crecer como persona.
Antes de tomar ninguna decisión sobre grandes cambios en tu vida (cambiar de amigos, mudarte, dejar tu trabajo, etc.) debes centrarte en los cambios que se están produciendo en ti a nivel interno y hacer las paces con tu nueva situación personal. Evita a toda costa tomar decisiones precipitadas acerca de tu futuro intentando huir de tu malestar actual.
Escapar de las dificultades puede resultar un alivio temporal, pero no va a mejorar tu estado de ánimo de forma definitiva. La mejor forma de superar tu estado anímico actual es aceptándolo y trabajando sobre el mismo. Una vez que tu estado emocional sea más adecuado podrás iniciar todos los cambios que consideres necesarios en tu vida con el fin de adaptarla a aquello que tú, con las ideas mucho más claras y sin depender de nadie, más desees.4.
Trabaja la soledad y la inseguridad. En ocasiones pueden aparecer, tras una ruptura amorosa, sentimientos de soledad, inseguridad y abandono. Estos sentimientos son completamente normales en los primeros momentos, ya que la persona se encuentra habituada a sentirse acompañada y apoyada, concibiéndose a sí misma como parte de la pareja.
¿Cómo Superar una RUPTURA AMOROSA? 💔 10 Claves para Superar una SEPARACIÓN
El sentirse abandonado o menospreciado por la persona que nos ha dejado puede generar grandes inseguridades. Creer que no se es lo suficientemente bueno o que acabaremos solos es también un pensamiento habitual. Una forma de combatir estas ideas podría ser centrarse en los aspectos positivos de uno mismo, que en un momento contribuyeron a mantener la relación amorosa.
- La situación de ruptura puede reconceptualizarse como una oportunidad para redefinirse a uno mismo.
- Pensar en quiénes somos, qué queremos hacer o ser en un futuro próximo puede parecer inicialmente aterrador, pero ¿qué mejor momento para decidir qué es lo que queremos sino ahora? 5.
- Limita el contacto con tu ex pareja.
En este momento es importante que tanto tú como tu ex pareja dispongáis del tiempo y espacio necesarios para reflexionar acerca de lo sucedido. En ningún caso resulta adecuado insistir en seguir debatiendo vuestra relación o las causas de la ruptura una y otra vez o, en el extremo opuesto, mantener vuestra relación como amigos desde el primer momento como si nada hubiera pasado. Independientemente de las causas de la ruptura amorosa, ambos tenéis que aprender a estar sin el otro. En caso de no hacerlo, existe el riesgo de establecer una relación perjudicial entre ambos, basada únicamente en la costumbre, los reproches y la dependencia, que impedirá que sigáis adelante.
Todo ello no significa que no sea posible volver a establecer contacto, sino que, al menos inicialmente es importante poner atención en limitarlo de alguna forma con el fin de crear el espacio necesario para la recuperación y pasar página. En cuanto a este aspecto, las redes sociales suelen resultar uno de los peores obstáculos a superar,
Tener la facilidad de conocer qué está haciendo el otro, con quién e incluso dónde no facilita la ruptura amorosa. Procurar no acceder a los perfiles de la ex pareja o utilizar menos las redes resulta extremadamente complicado en estos momentos. Por ello, una recomendación más asequible podría dirigirse a no sentirse atacado por las posibles imágenes o «estados» que el otro publique.
Aunque es probable que el otro piense en ti de forma frecuente, debes evitar pensar que todo lo que hace tiene una intención oculta (ya sea de llamar tu atención, perjudicarte, etc.).6. Invierte tu energía en cosas positivas, cuando estés listo. Como seguramente te recomendarán tus familiares y amigos, tras una ruptura amorosa, es necesario e importante ocupar tu mente y llenar tu vida de cosas nuevas y positivas.
Y a pesar de que es totalmente cierto y recomendable, en este aspecto también puedes y debes tomarte un tiempo, recuperarte emocionalmente, reflexionar y decidir. Nadie te exige que al día siguiente de la ruptura te hayas inscrito en las suficientes actividades como para ocupar todo tu tiempo libre.
- Por un lado, es probable que después de romper con tu paraje no te sientas motivado o no se te ocurra en qué invertir tu tiempo.
- No permitas que la presión te obligue a tomar decisiones que no te satisfacen.
- Tienes que hacer cosas, pero sólo cuando te sientas preparado y te apetezca.
- Por otro lado precipitarse o abusar de esta estrategia puede tener el efecto contrario al esperado, ya que si transcurrido un tiempo abandonas las tareas o metas propuestas, aumentará tu malestar por no haber logrado los objetivos iniciales.7.
Pide ayuda cuando la necesites. Disponer de alguien de confianza que sea capaz de echarte una mano en todo el proceso es más que una ventaja para lograr superar la situación de ruptura amorosa. Apoyarte en tus amigos y familia es, además de un recurso necesario, un recurso muy apropiado.
Sin duda las personas que te rodean querrán apoyarte y escucharte cuando lo necesites y no debes temer mostrar tus sentimientos ante ellos por miedo a ser juzgado. Sin embargo, debes procurar no abusar de esta situación. Tus amigos están para escucharte siempre que sea necesario, pero también valorarán que con el paso del tiempo seas capaz de ponerte en marcha para lograr encontrarte mejor.
Desde luego, nadie quiere convertirse en el amigo que siempre se lamenta de su ruptura o habla del mismo tema una y otra vez sin hacer nada para remediarlo. Por otro lado, también existe la opción de buscar ayuda profesional. Acudir a un psicólogo, en contra de lo que comúnmente puede pensarse, no necesariamente significa que no puedas superarlo por ti mismo o que no tengas el apoyo de los que te rodean.
- Una situación de ruptura amorosa es un cambio en tu vida que debes afrontar y no se trata sólo de superarlo de la manera menos dañina posible, sino también de aprender de las circunstancias y seguir creciendo a partir de tu experiencia.
- Contar con el apoyo de una persona capacitada para escucharte y guiarte en todo este proceso de ruptura puede aportarte mayor seguridad o cierta guía para sacar el máximo partido de la situación, salir de ella fortalecido como persona, con nuevos recursos y habilidades que te pueden resultar útiles más adelante.
Referencias Berscheid, E. (1998). A social psychological view of marital dysfunction and stability. En T.N. Bradbury (Ed.), The developmental course of marital dysfunction (pp.441-459). Cambridge, UK: Cambridge University Press. Rhoades, G.K., Kamp Dush, C.M., Atkins, D.C., Stanley, S.M., Markman, H.J.
(2011). Breaking up is hard to do: the impact of unmarried relationship dissolution on mental health and life satisfaction. Journal of Family Psychology, 25 (3), 366-374 Tashiro, T., Frazier, P. (2003). «I’ll never be in a relationship like that again»: Personal growth following romantic relationship breakups.
Personal Relationships, 10, 113-128.
¿Cuánto tiempo dura el duelo de una ruptura amorosa?
4. Fase de aceptación — Ésta es la última etapa del duelo y se caracteriza por la superación de la ruptura. La persona ya es capaz de asumir todo lo que conlleva la ruptura y avanzar conviviendo con su nueva realidad. En este momento las personas no intentan cambiar lo sucedido, se vuelven a sentir fuertes y tienen la necesidad de apartar a la expareja (o de tomar distancia con ella) para poder rehacer su vida.
El duelo por ruptura de pareja tiene una duración variable, aproximadamente de entre seis meses y dos años. Es habitual que, después de pasarlo muy mal, las personas comiencen a sentirse mejor y, al poco tiempo, se vuelva a empeorar. Existen múltiples factores que influyen en la intensidad y duración del duelo,
Por ejemplo, si la ruptura ha sido inesperada, si se ha producido por la intervención de terceras personas o si se ha vivido con la sensación de haber sido tratado con indiferencia y desprecio el duelo suele prolongarse. Esto no quiere decir nada más que la persona necesita más tiempo para recuperarse.
¿Por qué me duele tanto la ruptura?
El cerebro en el desamor — A nivel cerebral también suceden cambios que podrían explicar el dolor de una separación. Los enamorados liberan altos niveles de oxitocina y dopamina. Un químico que activa el circuito de recompensa, encargado de motivar el placer.
¿Cuando te das cuenta que la ruptura es definitiva?
¿Cuando te das cuenta que la ruptura es definitiva? Según Gottman, las cuatro señales más importantes que apuntan a una ruptura definitiva son: Las críticas destructivas. Que refieren a un ataque directo a la personalidad y autoestima de la persona. Por tanto, la víctima se siente rechazada, violentada y herida.Al referirnos a una ruptura definitiva quiere decir que por más que se habló, se discutió y hasta se gritó, no llegaron a un acuerdo mutuo, cuando estar alejados es mejor que estar juntos, son las pruebas suficientes para terminar la relación, sin importar que haya durado 10 años o 3 meses.
¿Cuáles son las fases de una ruptura?
¿Qué es tener el corazón roto? — «Básicamente, es un estado provocado por una pérdida emocional devastadora «, explica Jo Hemmings, psicóloga conductista y experta en relaciones de pareja. «Si bien es diferente para cada uno de nosotros, el sentimiento intenso de tristeza, pena y la sensación abrumadora de que nunca vamos a poder superar el dolor es común (en todos los casos)».
- Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, «En términos emocionales, una mala ruptura te hará pasar por cinco etapas de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación», dice Jo Hemmings.
- En términos del cerebro, las zonas que registran el dolor físico se activan de la misma manera que con el dolor real.
También puede generar síntomas de abstinencia, muy similares a los que sufren los adictos a las drogas». Para mí, se sentía como si mi cuerpo se hubiese quemado por dentro. Controlar esos síntomas de abstinencia es el verdadero desafío. La tentación de intentarlo una vez más —llamar a un ex, rogarle, recordarle sobre la relación— puede ser irresistible.
¿Qué tomar para el dolor de una ruptura?
El paracetamol, un medicamento que puede ayudar a superar mejor una ruptura de pareja.
¿Qué consecuencias trae la ruptura?
Con datos de Keller y Nesse (2005), se reporta que las consecuencias que se experimentan con mayor frecuencia tras la pérdida de una pareja son: tristeza, llanto, enojo, disminución de la autoestima, un pobre autoconcepto, ansiedad, altos niveles de estrés físico, conductas autodestructivas tales como autolesiones,
¿Cuál es la etapa más difícil en una relación?
La parte más difícil de una relación es superar la expectación que marca el listón, especialmente, una vez superada la atracción. ‘No hay disfraz que pueda ocultar largo tiempo al amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay’. François VI de La Rochefoucauld.
¿Cuál es el duelo más difícil de superar?
Hacia la obsesión —
- Uno de los aspectos que salió a la luz en esta investigación, y que la psicóloga de la UNAM ha abordado en diversas investigaciones, fue la pasión romántica y la adicción al amor, es decir, que si en la pareja una de las dos partes está fuertemente vinculada en lo emocional o en lo físico a la otra persona, le será mucho más difícil sobrellevar un duelo.
- La pérdida por muerte enfrenta el individuo a un final definitivo, sin las expectativas del nuevo comienzo que a menudo acompañan al proceso por rompimiento amoroso y que conducen a prolongar el duelo.
- La académica universitaria destacó la necesidad de vivir ciertos procesos, pues la experiencia de enfrentar un duelo amoroso puede ser una lección de vida para las personas, aunque duela.
: El duelo amoroso, más difícil de superar que el duelo por muerte
¿Qué son los 3 duelos?
Contenido completo: Texto generado a partir de PDf original o archivos en html procedentes de compilaciones, puede contener errores de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas. Duelos del adolescente Adolescent mourning M.P.H. María de los Angeles López Ortega angie225@hotmail.
com Resumen Este trabajo explica teóricamente los tres duelos por los cuales pasa el adolescente, basados en lo expuesto por Armida Aberastury y Mauricio Knobel, 2010: el duelo por el cuerpo, por la identidad y por los padres infantiles. Para Freud (1917) el duelo es la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etcétera.
Freud menciona que una vez que el objeto amado no existe ya, la realidad demanda que la libido abandone todas sus relaciones con el mismo. Este proceso le lleva tiempo a la persona, ya que primero experimenta negación, se observa que antes de abandonar todas sus relaciones con el objeto, se lucha por recuperarlo, por evitar la disolución de la relación, pero una vez que se han agotado los recursos es importante que la persona abandone esta lucha.
Se espera que el objeto perdido se sustituya por otro objeto una vez pasado el proceso de duelo ; pero de acuerdo a Freud, de no ser así se estaría ante una fijación al objeto perdido que pudiera durar toda la vida. Revisar el proceso de duelo de los adolescentes, puede explicar muchas de sus conductas durante esta etapa y de esta manera comprenderlos y saberlos acompañar durante los cambios que vayan experimentando ya sea como padres, maestros o profesionales de la salud mental.
Palabras clave: adolescencia, duelo, psicoanálisis Definición de adolescencia desde una mirada psicoanalítica Hablar de la adolescencia es referirse a una importante etapa de la vida que comprende muchos cambios cruciales en la vida de todo ser humano.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE, 2001) la define como «edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la pubertad hasta el completo desarrollo del organismo» (1) La adolescencia es en palabras de Françoise Dolto (1990), «un estado que se prolonga según las proyecciones que los jóvenes reciben de los adultos y según lo que la sociedad les impone como límites de exploración» (2).
David Léo Levisky (2000) define a la adolescencia como «un proceso que ocurre durante el desarrollo evolutivo del individuo caracterizado por una revolución psicosocial» (3). Duelos del adolescente El duelo puede definirse como la experiencia de una persona tras una pérdida o como el proceso de adaptación a esa pérdida (4).
Para Freud (5) el duelo es la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etcétera. Freud menciona que una vez que el objeto amado no existe ya, la realidad demanda que la libido abandone todas sus relaciones con el mismo. Este proceso le lleva tiempo a la persona, ya que primero experimenta negación, se observa que antes de abandonar todas sus relaciones con el objeto, se lucha por recuperarlo, por evitar la disolución de la relación, pero una vez que se han agotado los recursos es importante que la persona abandone esta lucha.
Se espera que el objeto perdido se sustituya por otro objeto una vez pasado el proceso de duelo ; pero que de acuerdo a Freud, de no ser así se estaría ante una fijación al objeto perdido que pudiera durar toda la vida. Se considera que el destete, primera experiencia de pérdida después del nacimiento, desencadena un estado de duelo, que el niño trata de elaborar intentando rehacer el vínculos de otra manera, con otra zona corporal de satisfacción (genital) y con otro objeto: el pene del padre que sustituirá, en la fantasía, al pecho de la madre y con cuya inclusión se inicia la situación edípica triangular (6).
- Silvia Tubert (7) dice que el crecimiento, la sexualidad, más que nunca suponen cambios violentos ya que suponen temporalidad y por consiguiente, la existencia de la muerte, de la elaboración de duelos por las pérdidas que se experimentan.
- Esta autora al respecto señala que la noción del complejo de Edipo permite situar al ser humano como sujeto de la relación con sus padres.
En la adolescencia es crucial el enfrentamiento con la muerte, desde la sexualidad y en la sexualidad misma; y esto es así tanto para el adolescente mismo, como para aquéllos que tienen una relación directa con él, como sus padres y la sociedad adulta en general, compartiendo el mismo proceso histórico en el que una vez ocuparon el lugar del hijo.
El enfrentamiento con la muerte, se vincula con las pérdidas que supone la «metamorfosis sexual»; es decir, la pérdida de la imagen de sí mismo, de la que el sujeto se defiende mediante la duplicación narcisista condenada a su vez al fracaso, debido a la pérdida de la imagen del «niño ideal», tanto para el adolescente como para los padres; pérdida de los padres como sustento del ideal del yo infantil.
De acuerdo a Armida Aberastury y Mauricio Knobel (8), en su libro adolescencia Normal, los adolescentes elaboran tres duelos: por el cuerpo, la identidad y por los padres infantiles. Jeanne Lampl-de Groot (9), habla también sobre los duelos difíciles duelos que lleva a cabo el adolescente: «The adolescent must bear not only the pain of losing love objects, of coping with the attending mourning, and of revising old patterns of restriction and prohibition.
In addition to all these hard tasks, he must endure the narcissistic injuries caused by his selfesteem being shaken in its fundamentals and therefore more or less lost» Esta autora habla también de las heridas narcisistas que también aquejan a los adolescentes, se pueden apreciar los rasgos altamente narcisistas que tienen los jóvenes, los cuales les permite crecer, pero también los hacen sufrir y ese dolor se suma a las pérdidas que van experimentar poco a poco.
El duelo por el cuerpo infantil El duelo por el cuerpo infantil perdido consiste en que los adolecentes sienten sus cambios como algo externo frente a los cual se encuentran como un espectador impotente de lo que está ocurriendo dentro de su organismo (Aberastury y Knobel, 8).
Para Juan David Nasio (10) la adolescencia no es sólo una neurosis histérica ruidosa, sino un proceso doloroso, lento, silencioso, subterráneo, debido a que implica un desprendimiento del mundo infantil, va teniendo a cada segundo una pérdida de las células de la infancia hasta que llega a la madurez, lo que le implica una nueva manera de amar al otro y la más importante que es amarse a sí mismo.
Françoise Dolto (2), dice que durante la pubertad los adolescentes experimentan una falta de gracia física y que se da más seguido entre los varones que entre las muchachas. Comienzan teniendo las piernas largas, un desarrollo falta de armonía debido a que los miembros son desproporcionados.
- El rostro también tiene sus transformaciones.
- Hay preocupación por la estatura (tan malo es especialmente para las mujeres ser muy alta o muy pequeña).
- También hay malestar y problemas por la silueta en el caso de las muchachas y el autor menciona que éstas buscan compensaciones con aquello que les es contrario, por ejemplo, vistiendo exactamente lo que las hace parece aún más fuertes, tales como pantalones de pana, tejanos, comiendo lo que más las engorda.
La autora aclara que también haya algunas muy seductoras que pueden valorizarse, expresarse, en muchas otras cosas además de la feminidad. Peter Blos (11) también menciona que la vulnerabilidad emocional de la niña preadolescente se manifiesta de dos maneras: 1.
- En la atracción regresiva que la madre preedípica ejerce sobre la niña, reinstaurando así la ambivalencia de las relaciones objetales primitivas (aunque esta manera tiene más que ver con el duelo por los padres, que con el duelo por el cuerpo).2.
- La identidad bisexual típica en esta etapa, cuyo ejemplo más elocuente es la «marimacho», la niña preadolescente se identifica transitoriamente con el rol masculino, se vuelve hacia el padre y huye de la madre.
Respecto a la forma de vestirse para parecer más fuertes, Dolto (2) dice que estas muchachas desean vivir un tiempo neutro, ya que no quieren seducir a la manera de una mujer y que tampoco quieren conquistar a la manera de los hombres. Siguiendo con lo descripción que hacen Aberastury y Knobel (8) acerca del duelo por el cuerpo, dicen que éste es doble: la del cuerpo de niño cuando los caracteres secundarios son evidentes y la aparición de la menstruación en la niña y del semen en el varón les impone el testimonio de la definición sexual y del rol que asumirán tanto en la unión con la pareja como en la procreación.
- Y esto exige abandonar la doble fantasía de doble sexo que se encuentra implícita en los seres humanos como consecuencia de la bisexualidad básica.
- Peter Blos (11) afirma que indudable que la formación de la identidad femenina o masculina constituye una de las principales tareas de la adolescencia,
- Quizás esto último explique que ante el duelo de la pérdida del cuerpo de la infancia y al tener que abandonar esa fantasía del doble sexo, una manera de poder llevar este cambio en el caso de las mujeres sea vistiendo ropa considerada poco femenina, ropa que bien podría vestir también un hombre, prendas que no resalten la nueva silueta (el busto, la cadera), mientras se resignan a los cambios corporales experimentados.
Aberastury y Knobel (8) también señalan la aparición de una intensa actividad masturbatoria que se acompañan de fantasías de unión. Al respecto Peter Blos (11) menciona que en la prepubertad, con el aumento de la intensidad de las presiones pulsionales, es habitual que el niño recurra a la masturbación y en el caso del varón es innegable que por su misma naturaleza (erección) resulta consciente, mientras que en el caso de la niña, la excitación genital se despierta de distintas maneras tales como los muslos apretados, mediante la postura, pensamientos y fantasías, sin que use necesariamente las manos y a menudo ésta no es consciente de sus prácticas ni del carácter erótico de éstas.
- La masturbación es una de las muchas medidas utilizadas para el manejo de situaciones críticas de tensión.
- Los instintos parciales tales como el sadismo, el masoquismo, el exhibicionismo y el voyeurismo, obtienen una gratificación directa merced de las fantasías que acompañan o preceden a la masturbación,
Cuando estos instintos parciales están excesivamente arraigados o intensos, se conectan con la masturbación y entonces las funciones yoicas se desarrollan pobremente, se les abandona con facilidad o se contaminan con elementos sexuales. Aberastury y Knobel (8) indican que la angustia y los estados de despersonalización que suelen acompañar a la aparición del semen y a la menstruación, tienen el significado defensivo de no aceptar que es en el propio cuerpo en el que se están dando esos cambios.
Sólo cuando el adolescente es capaz de aceptar simultáneamente los dos aspectos, el de niño y el de adulto, puede empezar a aceptar en forma fluctuante los cambios de su cuerpo y comienza a emerger su nueva identidad (8). Elaborar el duelo lleva a la aceptación del rol que la pubertad le marca y durante esta labor, surgen defensas cuyo fin es negar la pérdida de la infancia (8).
Duelo por los padres de la infancia Dolto (12) menciona en su libro La imagen inconsciente del cuerpo, que varón o mujer, el niño se fragiliza en el momento de la resolución del Edipo, porque, sin importar lo que haga, al varón no le es posible seducir a la madre ni a la niña al padre, ya que estos dos adultos tienen sus deseos ocupados por objetos sexuales que están en otra parte, el cónyuge o una persona ajena al hogar; aunque no por ello ha disminuido la necesidad que aún tiene el niño de la protección de sus padres y de que lo sostengan.
La prohibición de su deseo genital en familia lo catapulta a un deseo de jugar con otros niños de su edad, hacia amistades auxiliares con seres humanos de su sexo, marcados por la misma dura prueba que él en relación con sus padres. Entre humanos del otro sexo, ansía conquistar objetos de los que, enamorado, estará orgulloso de obtener familiaridades sensuales y sexuales, y si es posible un amor compartido, pero entonces chocará con la rivalidad de los que su mismo sexo por el mismo objeto,
Durante la etapa de la adolescencia se da un doble duelo, la del hijo por la pérdida de los padres de la infancia y la de los papás que se da por la pérdida de la relación del sometimiento infantil que tenían sus hijos. Antes de llevar a cabo este duelo, se puede decir que ya se había pasado por una experiencia también significativa: la pérdida original, es decir, la pérdida del pezón; la disponibilidad o posesión de éste, representa la unidad primordial que constituye el punto de partida de toda pérdida, ya que abarca la totalidad de la experiencia con respecto a la madre y la alimentación; incluyendo estímulos sensoriales y esta experiencia primaria no se recupera aunque podrían reconocerse formas derivadas en el nivel de la repetición afectiva o la realización consciente en los preadolescentes (11).
- Durante el periodo de latencia, el adolescente va progresivamente dejando de depender del apoyo paterno para los sentimientos de valía y significación y los reemplaza por un sentido de autovaloración derivado de los logros y del control que ganan la aprobación social y objetiva (13).
- Freud (14), en Tres ensayos para una teoría sexual, dice que simultáneamente al vencimiento y repulsa de las fantasías incestuosas, tiene lugar una de las reacciones psíquicas más importantes y también más dolorosa de la pubertad: la liberación del individuo de la autoridad de sus padres.
Blos (13) también afirma que la mujer lucha con relaciones de objeto más intensas durante su adolescencia, y es por eso que se da una separación prolongada y dolorosa de la madre, la cual constituye la tarea principal de la etapa de la preadolescencia.
Esta separación permite la elección de objeto, Huerta (15) dice que desde el momento en que se da el desprendimiento de los padres y de las figuras familiares, más cercanas de la infancia, se da pie da verdaderas crisis existenciales; pero éstas son una condición del desarrollo en la pubertad, El adolescente pretende «no sólo tener a los padres protectores y controladores, sino que periódicamente se idealiza la relación con ellos, buscando un suministro continuo que en forma imperiosa y urgente debe satisfacer las tendencias inmediatas, que aparentemente facilitarían el logro de la independencia» (16).
El alejamiento que experimenta el adolescente en relación a los objetos familiares de la infancia es una consecuencia más de las «deslibidinación del mundo externo» (Freud, citado por Blos, ) (13). Como se da una difusión de los instintos en relación con las representaciones de objeto, influye en el comportamiento manifiesto del adolescente hacia los padres (o sustitutos), a través de los mecanismos proyectivo-introyectivos; es decir, los introyectos «bueno» y «malo» se confunden con los padres actuales y su conducta real.
- De acuerdo a Anna Freud (17) muchos adolescentes pueden recurrir a la huida, en lugar de permitir una gradual separación de sus padres, ante la ansiedad que les provoca el apego sus objetos infantiles.
- Retiran la libido depositada en sus progenitores de manera repentina y completa.
- Y esta separación drástica les produce un anhelo desesperado de compañía que consiguen transferir al medio extrafamiliar, en el cual adoptan soluciones diversas, tales como: la libido más o menos sin modificación en cuanto a forma, puede ser desplazada hacia substitutos parentales, sólo cuando éstos sean diametralmente opuestos en todos sus aspectos a las figuras originales; es decir, en lo personal, lo social y cultural; también podrían recaer en los líderes, que por lo general son personas que encarnan ideales y que pertenecen a una generación intermedia entre la del adolescente y la de sus papás: también se pueden dar vínculos apasionados con personas contemporáneas del mismo sexo o del sexo opuesto (Anna Freud aclara que pueden ser amistades homosexuales o heterosexuales) y también se puede dar la incorporación a grupos juveniles (conocidos como «pandillas»).
Independientemente de la solución elegida por el adolescente, ésta lo hará sentir libre y le permitirá deleitarse con esa nueva sensación de independencia de los padres, a los que probablemente ahora trate con indiferencia. Anna Freud (17) explica que por un lado la orientación dada a la libido en las posibles soluciones que da el adolescente para separarse de sus padres es en sí normal, por otro lado el repentino cambio, el contraste buscado en la selección objetal y la fidelidad exagerada a esos nuevos vínculos, le otorgan un carácter defensivo y la autora aclara que esa conducta representa una precipitada anticipación del crecimiento, más que un proceso normal de desarrollo.
La maestra Consuelo Huerta (15), en su tesis de maestría, titulada adolescencia y grupalidad: un enfoque psicoanalítico, dice que la relación con la madre, en particular, se vuelve «paradigmática» en los vínculos amorosos que devendrán. Peter Blos (13) advierte que durante la etapa de la postadolecencia, un bloqueo típico por el que algunos podrían atravesar es la «fantasía de rescate», que tiene que ver con la espera de que solución a un conflicto puede ser aliviada o eliminada por completo por el arreglo de un medio benéfico; es decir, la dependencia original del medio ambiente, especialmente la madre como extinguidora de tensiones y la reguladora de autoestima, nunca ha sido abandonada; es decir, no se dio por completo el duelo por los padres de la infancias, sino que la sobreevaluación por los padres ha sido transferida al medio ambiente,
Esta fantasía se refiere al deseo o esperanza de ser rescatado por una persona, por circunstancias, por privilegios, por buena fortuna o suerte. En el libro Chacun cherche un père (Cada quien busca un padre), del profesor Marcel Rufo (18), el autor basándose en su práctica profesional, crea esta obra que habla sobre el lugar y el rol que desempeña el padre.
En el capítulo cuarto, titulado, Los héroes tienen la vida corta, discute que los adolescentes tarde o temprano bajan al padre del pedestal en donde lo tenían, el papá deja de ser el héroe, por lo tanto el hijo lo ataca, lo critica y le reprocha sus defectos. En el quinto capítulo, Rivalidad y ambivalencia, manifiesta la necesidad que tiene un hijo de su padre, pero al mismo tiempo habla de la admiración que al principio le tiene un hijo a su padre que luego se transforma en una rivalidad entre ellos; el hijo quiere apropiarse de la fuerza y de sus competencias para ser como su papá.
Así como los padres son necesarios para que en el retoño se instituya el complejo de Edipo, también lo son para que el hijo salga de él y pueda acceder a la elección de objetos sexuales no incestuosos ni parricidas, y a nuevos objetos vocacionales, más allá de los mandatos parentales (19).
- La crisis sexual de la adolescencia está basada en la reorganización del erotismo bajo unas nuevas leyes estructurales.
- Esta crisis trata de transformar una estructura infantil de funcionamiento erótico en una estructura adulta del mismo (20).
- Las transformaciones pulsionales producen en el orden objetal, la decepción de los objetos infantiles que en la adolescencia no pueden ser completamente satisfactorios y la búsqueda de nuevos lazos objetales (21).
A pesar de este duelo los adolescentes siguen necesitando de la aprobación de sus padres, necesitan que éstos sigan siendo el puerto seguro al que se puedan acercar cuando necesiten palabras de aliento, necesitan de su presencia física y emocionalmente (22).
Duelo por el rol y la identidad infantil El adolescente se ve obligado a renunciar a la dependencia y no le queda más remedio que aceptar responsabilidades que le eran desconocidas. Rosenthal y Knobel (16) mencionan que durante la infancia el niño acepta su impotencia y la necesidad de que otros se hagan cargo de cierto tipo de funciones yoicas, y además su yo se va enriqueciendo mediante el proceso de proyección e introyección que configura la identificación,
Pero durante la adolescencia se da una confusión de roles, debido a que ya no es posible mantener la dependencia infantil pero al mismo tiempo no se puede asumir la independencia adulta, el adolescente sufre un fracaso de personificación y es así como éste delega en el grupo gran parte de sus atribuciones, y en los padres, la mayoría de las obligaciones y responsabilidades.
Aparece la típica irresponsabilidad del adolescente, él ya nada tiene que ver con nada y son los otros los que se hacen cargo del principio de realidad. Otra característica típica es la falta de carácter, una constante desconsideración por seres y cosas del mundo real hace que todas las relaciones objetales de los adolescentes adquieran un carácter, lo que explica la inestabilidad afectiva del adolescente, sus crisis pasionales y sus brotes de indiferencia absoluta.
Lehalle (21) señala que las identificaciones parentales se muestran insuficientes ya que se ha producido el duelo de las imágenes parentales y la superación del nexo objetal infantil, por lo que haya que superar, por una parte, las antiguas identificaciones pero, por otro lado, esas identificaciones antiguas constituyen la persona, de ahí el sentimiento de extrañeza con respecto de uno mismo y la necesidad de una nueva construcción individual.
Asimismo Rosenthal y Knobel (16) explican que durante la adolescencia se van dando cambios continuos, a través de los cuales se establece la identidad del joven; lo mecanismos de negación del duelo y de identificación proyectiva con sus coetáneos y con sus padres, pasa por periodos de confusión de identidad,
El pensamiento comienza a funcionar de acuerdo con las características grupales, lo que permite mayor estabilidad gracias al apoyo y al agrandamiento que significa el yo de los demás, con el que el sujeto se identifica. Conclusiones La elaboración del proceso de duelo es esencial para el logro gradual de la liberación del objeto perdido; requiere tiempo y repetición.
En la adolescencia la separación de los padres edípicos es un proceso doloroso que únicamente puede lograrse gradualmente. La etapa narcisista de los adolescentes no sólo es una acción demoradora o apoyadora causada por repugnancia para renunciar definitivamente a los objetos tempranos de amor, sino que también representa una etapa positiva en el proceso de desprendimiento (23).
La necesidad que se apodera del adolescente de dejar de ser «a través de» los padres para llegar a ser él mismo requiere el abandono de la imagen tan idealizada y arcaica parental, para encontrar ideales nuevos en otras figuras (19). Durante la pubertad, la madurez gonadal y el consecuente cambio genital, hacen que el sistema se desborde en sensaciones inusuales, encontrando un Yo preparado de manera inmadura para este evento.
- Por la tanto, la irrupción en el cuerpo y en su representación mental de este nuevo erotismo, crea una situación de severo desbalance que conlleva sorpresa, ambivalencia, confusión, altos niveles de excitación contenida y angustia (20).
- Melgoza Magaña (24) dice que el adolescente, debido a su edad y proceso biológico, tiene que desinvestir al objeto amoroso original e investir a uno nuevo sexual, pero tiene miedo de no ser aceptado por este último, lo que le puede causar mucha angustia.
Aunque a su vez, el noviazgo es una alternativa a la que puede recurrir el adolescente para disminuir la ansiedad que le provoca el proceso de separación-individuación. Lentamente el erotismo se va centrando en la zona genital, lo que se convierte en una zona de interés para el adolescente, quien tiene la necesidad de masturbarse.
- El adolescente puberal con frecuencia no puede registrar adecuadamente sus sensaciones y afectos y los traduce equivocadamente: el miedo en rabia, la angustia en irritabilidad, la envidia en persecución, etc. (20). Erik H.
- Erikson (25) afirma que la adolescencia y el aprendizaje que cada vez son más prolongados en los últimos años de la escuela secundaria y los años de universidad pueden verse, como una moratoria psicosocial: un periodo de maduración sexual y cognitiva, y sin embargo, una postergación sancionada del compromiso definitivo.
También el autor afirma que esto proporciona una relativa libertad para la experimentación de roles, incluida la que se realiza con los roles de sexo, muy significativa para la autorrenovación adaptativa de la sociedad. Nasio (10) dice que el adolescente debe perder el cuerpo de niño y su universo familiar, conservar lo que sintió, percibió en su infancia y conquistar la vida adulta, todo lo anterior lo tiene que hacer a la vez.
- La adolescencia es una etapa de cambios, cada persona lo vive de manera distinta, implica pérdidas, lo cual puede llevar a una crisis, pero que a su vez permite alcanzar la madurez, la cual es importante para llegar la adultez plena.
- Los adultos necesitan ser pacientes, amorosos y comprensivos con los cambios que van teniendo los jóvenes; los duelos traen necesariamente altibajos emocionales, pero también una gran oportunidad de crecimiento.
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¿Cómo viven los hombres una ruptura amorosa?
Hombres: cómo entender el duelo tras una ruptura amorosa
- Lágrimas, enojo, decepciones, negación y hasta depresión, son algunas de las etapas por las que pasa un hombre o una mujer tras una mala ruptura amorosa.
- Jamil Rivera Sánchez, psicóloga y especialista en conductas sexuales, explica que «superar una ruptura amorosa con la persona amada no es nada fácil, porque fueron muchos los momentos buenos que se vivieron y el torrente emocional que esta situación genera hace que la persona experimente este proceso como el fin de todo, ya que su autoestima se verá fuertemente afectada».
- «Hay que recordar que las relaciones de parejas son una fuente de amor, felicidad, empatía y satisfacción, por lo que una ruptura puede provocar varios efectos negativos a nivel mental y hasta físico, y muchos tienen serias dificultades para superar estas situaciones», aclaró la experta en psicología.
- Añadió que en estos casos es necesario acudir a un psicólogo especializado en esta temática, y es importante evitar la administración de fármacos, en miras de que el sujeto acepte que está pasando por un proceso de ruptura y que tiene que poner de su parte para poder superarlo, eso aplica tanto para hombres como mujeres.
Pero, ¿cómo pueden superar el duelo los hombres? Según explicó la psicóloga, independientemente de las causas de la ruptura amorosa, lo más importante es aprender a estar sin el otro. «Cuando dejamos de ver a la persona amada, los circuitos neuronales (sensoriales, motoras y cognitivas) se debilitan, y las neurohormonas como la dopamina, serotonina, norepinefrina, es decir, toda la neuroquímica cerebral, se estabilizan y poco a poco la persona afectada por el duelo amoroso se va adaptando al cambio y a la estabilidad emocional nuevamente, para que pueda rehacer su vida en pareja».
- No obstante, hay que resaltar que cuando el hombre se da cuenta de que su relación terminó para siempre, algunos caen en una terrible depresión, mientras que otros sienten una profunda liberación, dijo la experta.
- Para cada uno, es diferente el sentimiento intenso de tristeza, pena y la sensación abrumadora de que nunca vamos a superar el dolor y es común (en todos los casos)», destacó a la BBC, Jo Hemmings, psicóloga conductista y experta en relaciones de pareja.
«En términos del cerebro, las zonas que registran el dolor físico se activan de la misma manera que con el dolor real. También puede generar síntomas de abstinencia, muy similares a los que sufren los adictos a las drogas», expresó. Aunado a esto, Rivera señaló que la ruptura amorosa es solo una fase por lo que no hay que buscar culpables.
«En el caso de los hombres, lo recomendable es no precipitarse en buscar pareja, limitar el contacto con la ex, porque primero hay que trabajar la soledad y la inseguridad con la ayuda de un profesional». «Una situación de ruptura amorosa es un cambio en tu vida que debes afrontar y no se trata sólo de superarlo de la manera menos dañina posible, sino también de aprender de las circunstancias y seguir creciendo a partir de tu experiencia», señaló la psicóloga.
¿Qué dicen los estudios? «Hay que recordar que las relaciones de parejas son una fuente de amor, felicidad, empatía y satisfacción, por lo que una ruptura amorosa puede provocar varios efectos negativos a nivel mental y hasta físico ya que muchas personas tienen serias dificultades para superar estas situaciones».
- «Los estudios demuestran que tanto hombres como mujeres obtienen parte de su autoestima a partir de las relaciones, de modo que ambos sexos sufren un sentimiento de pérdida y conflictos de identidad cuando salen de una relación», explicó la psicóloga Melanie Schilling a el HuffPost.
- En ese sentido, y a fin de entender el luto o duelo tras la ruptura, el investigador de antropología en Binghamton University, Nueva York, Craig Morris, dijo a la BBC que la mayoría de los hombres experimenta una media de tres rupturas amorosas antes de alcanzar los 30 años.
- Según Morris, «al menos una nos duele lo suficiente como para afectar sustancialmente nuestra calidad de vida durante semanas o meses».
- «La gente pierde trabajos, los estudiantes no van a clases y algunos individuos pueden desarrollar patrones de comportamiento extremadamente destructivos después de una ruptura sentimental», detalló Morris, de acuerdo con sus hallazgos en el estudio sobre las diferencias entre los sexos en respuesta al fin de una relación amorosa.
- De hecho, el investigador mencionó que el hombre probablemente sienta la pérdida profundamente y durante un período de tiempo muy largo a medida que comprende que debe volver a empezar a competir de nuevo para reemplazar lo que ha perdido.
Según el autor, los hombres tienden a reaccionar ante una ruptura de una manera más autodestructiva. «Esto puede durar meses o años. Ellos tienden a ‘seguir adelante’ con frecuencia con otra relación», comentó el científico a la BBC.
- Para el investigador, entender mejor estas respuestas puede ayudar en el apoyo del dolor tras la ruptura de una relación y para tratar de mitigar sus efectos en individuos de alto riesgo.
- Los resultados de su estudio fueron publicados en la revista especializada sobre ciencias del comportamiento Evolutionary Behavioural Sciences.
- Pero eso no es todo, otros estudios en los últimos 10 años han demostrado que la separación en el matrimonio y las rupturas amorosas suelen ser el detonante de la idea del suicidio, sobre todo en el universo masculino.
- Las razones de este acto fueron estudiadas por los investigadores norteamericanos Jonathan Scourfield y Rhiannon Evans en su ensayo publicado en la revista American Journal of Men’s Health, en el que los dos estudiosos han comparado varios análisis sobre el tema y extrapolado las razones que llevan a la decisión de suicidarse después de una ruptura amorosa.
De acuerdo con la investigación ‘Why might men be more at risk of suicide after a relationship breakdown?’, Scourfield y Evans identificaron varios factores que marcan las profundas diferencias en la forma en que los hombres viven el final de un amor frente a la de las mujeres: La idea de la intimidad del amor que todo lo abarca entra en conflicto con la autosuficiencia masculina, actitud de control de la relación, la creciente importancia de la educación de los niños, la falta de apoyo de los amigos, entre otros.
«Los resultados de este estudio sirven para ayudar al terapeuta en el momento en que se encuentra a un paciente que sufre por el final de una relación y también para reflexionar sobre los rígidos patrones sociales que imponen diferencias de género y traen consigo soledad y violencia», describió el sitio Mundo Psicólogos.
: Hombres: cómo entender el duelo tras una ruptura amorosa
¿Quién sufre primero en una ruptura?
En una ruptura amorosa ¿Quién sufre más? — Según Investigadores de la Universidad de Binhamtom y London University College, los hombres nunca se recuperan completamente luego de un rompimiento. Si, muchos siguen adelante y en ocasiones externan sus sentimientos, pero es precisamente la educación patriarcal la que hace que sufran más, es por eso que muchos deciden callar.
Por otra parte, las mujeres entienden que las heridas pueden sanar más rápido cuando se hablan, mientras que los hombres callan su dolor y lidian con él en soledad. Este estudio dice que las mujeres experimentan más sufrimiento emocional en un rompimiento, pero los hombres nunca (o casi nunca) se recuperan al 100 (claro que se trata de un estudio realizado a personas heterosexuales en su mayoría, así que aún no sabemos si aplicaría de la misma forma en relaciones entre personas LGBT+).
En 2015, los científicos pidieron a 5,705 participantes de 96 países distintos que calificaran su dolor físico y emocional en una escala del cero (ninguna) al 10 (intolerable) y encontraron que los hombres calificaron ambos dolores con números más bajos.
«Las mujeres tienden a verse más afectadas negativamente por los rompimientos y reportan niveles más altos de dolor físico y emocional. Las mujeres promediaron 6.84 en términos de angustia emocional, contra un 6.58 en los hombres. En cuanto al dolor físico, las mujeres obtuvieron 4.21 contra 3.75 en los hombres.
Mientras que los rompimientos golpean más fuerte a las mujeres física y emocionalmente, ellas tienden a recuperarse completamente y salir de esa situación emocionalmente más fuerte. Los hombres, por otra parte, nunca se recuperan completamente, simplemente siguen adelante».
¿Cómo reaccionan las mujeres ante una ruptura?
En dos tiempos — Siguiendo con las conclusiones de los científicos londinenses y neoyorquinos, en un primer momento los hombres pierden la capacidad de concentración y se muestran impasibles a lo que ocurre a su alrededor. Las mujeres, por su parte, se doblegan a ese dolor intenso expresando ira, ansiedad, depresión, miedo y bajo rendimiento en el trabajo o en los estudios.
- También suelen experimentar cambio de peso, náuseas y bajada de la respuesta inmunológica.
- Pasado un tiempo, tienden a recuperarse con más facilidad y eso les hace emocionalmente más fuertes.
- Su autor principal, Craig Morris, encuentra una razón evolutiva.
- Ellas evolucionaron para invertir mucho más en una relación.
Un breve encuentro amoroso podría suponer nueve meses de embarazo y varios años de lactancia para las mujeres ancestrales, mientras que los hombres podrían marcharse unos instantes después sin ninguna inversión biológica». En su opinión, los hombres tienden a reaccionar ante una ruptura de una manera más autodestructiva y puede durar meses e incluso años, sin que ello reprima las ganas o la necesidad de una nueva relación para reemplazar lo que ha perdido.
¿Cómo se comporta un hombre después de una ruptura?
¿Cómo actúan los hombres después de una ruptura? Tras el término de la relación los hombres presentan un estado constante de enojo, a tal punto que pueden lastimarse a ellos mismos con golpes que son parte de un efecto de explosión emocional, que cuando se les escapa de las manos les resulta difícil controlar.Por lo tanto, luego de una ruptura amorosa, la mayoría de los hombres quedarán con la esperanza de que su chica vuelva a sus brazos pronto.
¿Cuántas parejas vuelven después de una ruptura?
Por esto regresan las parejas después de romper, según la ciencia Más de un tercio de las parejas que conviven y se separan se dan otra oportunidad. La ciencia tiene una explicación, y con la mentalidad correcta volver puede no ser una mala idea después de todo.
Todos conocemos a esa pareja que siempre esta en un constante ir y venir, siempre se separan solo para volver a estar juntos, Es suficiente para que desees enviarles una guía para una ruptura más inteligente y poner fin a la montaña rusa del dolor, para todos los involucrados. Sin embargo, esas parejas deslucidas a menudo no lo ven como un problema y un nuevo estudio sugiere que es porque eran ambivalentes acerca de la ruptura en primer lugar,
Entonces es como ¿una ruptura que nunca lo fue realmente? Por otro lado, las personas que querían separarse definitivamente dijeron que se debía a la distancia emocional, una violación de confianza, peleas frecuentes o un sentimiento general de incompatibilidad,
- Y más de un tercio (38%) quería irse debido a algún engaño.
- Sin embargo, a pesar de todas estas excelentes razones para irse, la mitad de los que consideraron esto todavía tenían sentimientos encontrados acerca de dejarlo todo, lo que tiene sentido teniendo en cuenta que aproximadamente el 50% de las parejas separadas volverán a estar juntas nuevamente.
El estudio también dejó de lado otro argumento común: la ruptura en las parejas se siente más difícil para la persona que está dejando que para la que es abandonada, ¿Por qué? El que inicia la ruptura tiene que lidiar con la mayoría de las dudas sobre si fue la elección correcta o no.